jueves, 13 de diciembre de 2018
viernes, 2 de noviembre de 2018
lunes, 22 de octubre de 2018
domingo, 21 de octubre de 2018
martes, 16 de octubre de 2018
lunes, 15 de octubre de 2018
miércoles, 10 de octubre de 2018
EL ESPÍRITU SANTO DA TESTIMONIO A NUESTRO ESPÍRITU(Frco. Clares Barranco)
EL ESPÍRITU MISMO DA TESTIMONIO A NUESTRO ESPÍRITU
(Romanos 8:16) “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.”
(Romanos 8:16) “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.”
Testimonio.- La acción de afirmar o declarar una cosa asegurando su veracidad por haber sido testigo de ello.
Testificar.- Es lo mismo que testimoniar, pero y en su caso, probando mediante testigos o documentos auténticos.
Manifestar.- Decir algo con cierta solemnidad o formalidad para que se sepa o se haga público. Mostrar o dejar ver una cosa, especialmente algo inmaterial.
Testificar.- Es lo mismo que testimoniar, pero y en su caso, probando mediante testigos o documentos auténticos.
Manifestar.- Decir algo con cierta solemnidad o formalidad para que se sepa o se haga público. Mostrar o dejar ver una cosa, especialmente algo inmaterial.
Motivación:
En una reunión de asamblea o iglesia, el hermano, que presentaba el culto de oración, nos compartió varios versículos, comenzando por Romanos 8:16, el cual, motiva esta reflexión.
Nos habló pero sin profundizar, de que hay hermanos, que a veces se ven pequeños ante el grande testimonio de otros hermanos. En verdad, no entendí muy bien, que pretendía decir, con la expresión de un gran testimonio:
¿Significa quizás, que hay hermanos, que tienen un testimonio del Señor, distinto y mayor que el de otros hermanos?
¿A qué tipo de testimonio se estaba refiriendo?
¿Al testimonio personal o al testimonio del Señor?
Tristemente, tengo que decir, que he oído y en muchísimas ocasiones, los testimonios personales, y en pocas, los testimonios del Señor, los testimonios del evangelio de la gracia de Dios (Hechos 20:24).
Los testimonios personales, básicamente consisten, en el relato de cual fue la vida anterior; y donde curiosamente, cuanto más borrascosa haya sido esa vida, mayor valor le dan al testimonio. El hecho de haber sido un drogadicto, un alcohólico, un ludópata, un adultero y hasta un asesino, parece ser, que los hace acreedores, a que su testimonio sea considerado, como un gran testimonio.
¡Esto, es lo que quiere el maligno; él quiere, que nos movamos en la filosofía del humanismo!
Si una hermana, nos da el testimonio personal, donde nos revela, que en su vida anterior fue una mujer adúltera, pueden ocurrir dos cosas:
Que nos alegremos y demos muchas gracias a Dios por haberla salvado.
Que el maligno lo utilice en alguna ocasión, provocando, que no veamos lo que es, sino, lo que fue.
¡De esta manera consigue estorbar nuestra comunión!
Si esta hermana, en vez de dar su testimonio personal, contando sus intimidades (humanismo), se hubiera ceñido, a dar su testimonio del Señor, afirmando o declarando, cómo recibió el evangelio de la gracia de Dios, cómo fue su arrepentimiento, cómo creyó en la obra redentora de Cristo, cómo recibió el bautismo en Espíritu Santo, cómo percibió el gozo de la salvación, etc., etc.; nosotros, tan solo nos alegraríamos y daríamos muchísimas gracias a Dios, en la plena comunión de un cuerpo, un Espíritu, un Señor, una fe, un bautismo y un Dios y Padre de todos (Efesios 4:4-6).
¡Pero las cosas no funcionan así, les gusta, el espectáculo
de los testimonios personales!
Lo que la palabra de Dios, nos enseña, es, que la única diferencia y a nivel personal, que pueda haber entre un hermano y otro, no es la del testimonio del Señor, puesto que éste es único e igual para todos, sino, que el hermano que pecó mucho en su vida anterior, seguramente, en su nueva vida en Cristo, mostrará de continuo muchísimo agradecimiento y amor a Dios (Lucas 7:47).
¡Esta actitud, no significa, que este hermano sea más espiritual que otros hermanos!
Nos habló también, diciéndonos, que El Espíritu da testimonio a nuestro espíritu, que somos hijos de Dios, cuando y en nuestras vidas, se manifiesta su fruto (amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza).
Le llamé por teléfono, y me confirmó, que es esto lo que quería decir, y que además, estaba absolutamente convencido, de que esta es la interpretación que hay que hacer del versículo.
Le manifesté mi desacuerdo en esta interpretación, pero como le vi tan convencido, lo dejamos, acordando, que sería la palabra de Dios, quien daría o quitaría razones.
El Espíritu, afirma o declara a nuestro espíritu, que somos hijos de Dios, asegurándonos su veracidad, por ser testigo directo de ello. Dios es Espíritu, y nosotros somo nacidos de Dios, nacidos del Espíritu. Nosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de nuestra salvación, y habiendo creído en él, hemos sido sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria (Efesios 1:13-14); pues todos somos hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús (Gálatas 3:26).
En este versículo, no se está diciendo, que el Espíritu, nos esté dando su testimonio, diciéndonos, qué es Él, su fruto, etc. Por el contrario, lo que si está diciendo, es, que el mismo Espíritu está dando testimonio (afirmando o declarando) a nuestro espíritu, de lo que somos nosotros. Y nosotros, somos hijos de Dios por haber creído en él (en Cristo), por la fe en Cristo Jesús y sellados con el Espíritu Santo.
Haciendo un breve recorrido por el Nuevo Testamento concluiríamos en lo siguiente:
1. Juan el Bautista y los apóstoles dieron testimonio de lo que vieron y oyeron (Juan1:32 y 34; 3:11 y 32; 21:24; Hechos 4:33; 5:32; 10:39-43).
2. Las obras que hizo Cristo en nombre del Padre, dieron testimonio de él (Juan 5:36; 10:25).
3. Las Escrituras y por los profetas dan testimonio de nuestro Señor Jesús Cristo (Juan 5:39).
4. El Consolador, el Espíritu de verdad, dará testimonio de nuestro Señor Jesús Cristo (Juan 15:26-27).
5. Dios, que conoce los corazones, da testimonio, dándoles el Espíritu Santo a todos aquellos, que creen en Cristo Jesús (Hechos 15:8).
6. El Espíritu Santo dio testimonio a Pablo, diciéndole, que le esperaban prisiones y tribulaciones (Hechos 20:23-24).
¡Igualmente, puede hacerlo con nosotros!
7. Dios se ha manifestado a nosotros, viniendo juntamente con Cristo y haciendo morada en nosotros (Juan 14:21-23).
8. A cada uno de nosotros nos es dada la manifestación del Espíritu para provecho (1ª Corintios 12:7).
9. El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios (Romanos 8:16).
¡Nadie encontrará en la Palabra de Dios, versículos,
que difieran de los expuestos!
¡Intentar darle otro significado a la palabra “testimonio”,
es buscar lo que no está escrito!
No sé si habrá otro, pero el único, que pudiéramos considerar como un testimonio personal, que leo en el Nuevo Testamento es el de Pablo en Gálatas 1:13-24.
¡Ejemplo de como debiera ser un testimonio personal!
Lo siento por mi hermano, pero a tenor de las Escrituras, este versículo (Romanos 8:16), está diciendo, que el Espíritu y por el hecho de morar en nosotros, es su presencia en nosotros, la que está dando testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios; porque, si no fuéramos hijos de Dios, es imposible, que el Espíritu diera testimonio a nuestro espíritu, toda vez no lo habríamos recibido.
Y como dije anteriormente en Efesios 1:13-14 y Gálatas 3:26, somos hijos de Dios por haber creído en él (en Cristo), por la fe en Cristo Jesús y sellados con el Espíritu Santo.
Del mismo modo, que las obras que hizo Cristo en el nombre del Padre, dieron testimonio de él; igualmente, el fruto del Espíritu en nuestras vidas, da testimonio del Espíritu, da testimonio, que el Espíritu mora en nosotros, que nos ha sellado, que nos llena, que nos enseña, que intercede, que nos guía, etc.
(Mateo 7:16 y 20) “ Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?” y “ Así que, por sus frutos los conoceréis.”
(Romanos 6:22) “Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.”
(Gálatas 5:22-23) “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”
(Efesios 5:9) “(porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad),”
----------ooOoo----------
En una reunión de asamblea o iglesia, el hermano, que presentaba el culto de oración, nos compartió varios versículos, comenzando por Romanos 8:16, el cual, motiva esta reflexión.
Nos habló pero sin profundizar, de que hay hermanos, que a veces se ven pequeños ante el grande testimonio de otros hermanos. En verdad, no entendí muy bien, que pretendía decir, con la expresión de un gran testimonio:
¿Significa quizás, que hay hermanos, que tienen un testimonio del Señor, distinto y mayor que el de otros hermanos?
¿A qué tipo de testimonio se estaba refiriendo?
¿Al testimonio personal o al testimonio del Señor?
Tristemente, tengo que decir, que he oído y en muchísimas ocasiones, los testimonios personales, y en pocas, los testimonios del Señor, los testimonios del evangelio de la gracia de Dios (Hechos 20:24).
Los testimonios personales, básicamente consisten, en el relato de cual fue la vida anterior; y donde curiosamente, cuanto más borrascosa haya sido esa vida, mayor valor le dan al testimonio. El hecho de haber sido un drogadicto, un alcohólico, un ludópata, un adultero y hasta un asesino, parece ser, que los hace acreedores, a que su testimonio sea considerado, como un gran testimonio.
¡Esto, es lo que quiere el maligno; él quiere, que nos movamos en la filosofía del humanismo!
Si una hermana, nos da el testimonio personal, donde nos revela, que en su vida anterior fue una mujer adúltera, pueden ocurrir dos cosas:
Que nos alegremos y demos muchas gracias a Dios por haberla salvado.
Que el maligno lo utilice en alguna ocasión, provocando, que no veamos lo que es, sino, lo que fue.
¡De esta manera consigue estorbar nuestra comunión!
Si esta hermana, en vez de dar su testimonio personal, contando sus intimidades (humanismo), se hubiera ceñido, a dar su testimonio del Señor, afirmando o declarando, cómo recibió el evangelio de la gracia de Dios, cómo fue su arrepentimiento, cómo creyó en la obra redentora de Cristo, cómo recibió el bautismo en Espíritu Santo, cómo percibió el gozo de la salvación, etc., etc.; nosotros, tan solo nos alegraríamos y daríamos muchísimas gracias a Dios, en la plena comunión de un cuerpo, un Espíritu, un Señor, una fe, un bautismo y un Dios y Padre de todos (Efesios 4:4-6).
¡Pero las cosas no funcionan así, les gusta, el espectáculo
de los testimonios personales!
Lo que la palabra de Dios, nos enseña, es, que la única diferencia y a nivel personal, que pueda haber entre un hermano y otro, no es la del testimonio del Señor, puesto que éste es único e igual para todos, sino, que el hermano que pecó mucho en su vida anterior, seguramente, en su nueva vida en Cristo, mostrará de continuo muchísimo agradecimiento y amor a Dios (Lucas 7:47).
¡Esta actitud, no significa, que este hermano sea más espiritual que otros hermanos!
Nos habló también, diciéndonos, que El Espíritu da testimonio a nuestro espíritu, que somos hijos de Dios, cuando y en nuestras vidas, se manifiesta su fruto (amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza).
Le llamé por teléfono, y me confirmó, que es esto lo que quería decir, y que además, estaba absolutamente convencido, de que esta es la interpretación que hay que hacer del versículo.
Le manifesté mi desacuerdo en esta interpretación, pero como le vi tan convencido, lo dejamos, acordando, que sería la palabra de Dios, quien daría o quitaría razones.
El Espíritu, afirma o declara a nuestro espíritu, que somos hijos de Dios, asegurándonos su veracidad, por ser testigo directo de ello. Dios es Espíritu, y nosotros somo nacidos de Dios, nacidos del Espíritu. Nosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de nuestra salvación, y habiendo creído en él, hemos sido sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria (Efesios 1:13-14); pues todos somos hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús (Gálatas 3:26).
En este versículo, no se está diciendo, que el Espíritu, nos esté dando su testimonio, diciéndonos, qué es Él, su fruto, etc. Por el contrario, lo que si está diciendo, es, que el mismo Espíritu está dando testimonio (afirmando o declarando) a nuestro espíritu, de lo que somos nosotros. Y nosotros, somos hijos de Dios por haber creído en él (en Cristo), por la fe en Cristo Jesús y sellados con el Espíritu Santo.
Haciendo un breve recorrido por el Nuevo Testamento concluiríamos en lo siguiente:
1. Juan el Bautista y los apóstoles dieron testimonio de lo que vieron y oyeron (Juan1:32 y 34; 3:11 y 32; 21:24; Hechos 4:33; 5:32; 10:39-43).
2. Las obras que hizo Cristo en nombre del Padre, dieron testimonio de él (Juan 5:36; 10:25).
3. Las Escrituras y por los profetas dan testimonio de nuestro Señor Jesús Cristo (Juan 5:39).
4. El Consolador, el Espíritu de verdad, dará testimonio de nuestro Señor Jesús Cristo (Juan 15:26-27).
5. Dios, que conoce los corazones, da testimonio, dándoles el Espíritu Santo a todos aquellos, que creen en Cristo Jesús (Hechos 15:8).
6. El Espíritu Santo dio testimonio a Pablo, diciéndole, que le esperaban prisiones y tribulaciones (Hechos 20:23-24).
¡Igualmente, puede hacerlo con nosotros!
7. Dios se ha manifestado a nosotros, viniendo juntamente con Cristo y haciendo morada en nosotros (Juan 14:21-23).
8. A cada uno de nosotros nos es dada la manifestación del Espíritu para provecho (1ª Corintios 12:7).
9. El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios (Romanos 8:16).
¡Nadie encontrará en la Palabra de Dios, versículos,
que difieran de los expuestos!
¡Intentar darle otro significado a la palabra “testimonio”,
es buscar lo que no está escrito!
No sé si habrá otro, pero el único, que pudiéramos considerar como un testimonio personal, que leo en el Nuevo Testamento es el de Pablo en Gálatas 1:13-24.
¡Ejemplo de como debiera ser un testimonio personal!
Lo siento por mi hermano, pero a tenor de las Escrituras, este versículo (Romanos 8:16), está diciendo, que el Espíritu y por el hecho de morar en nosotros, es su presencia en nosotros, la que está dando testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios; porque, si no fuéramos hijos de Dios, es imposible, que el Espíritu diera testimonio a nuestro espíritu, toda vez no lo habríamos recibido.
Y como dije anteriormente en Efesios 1:13-14 y Gálatas 3:26, somos hijos de Dios por haber creído en él (en Cristo), por la fe en Cristo Jesús y sellados con el Espíritu Santo.
Del mismo modo, que las obras que hizo Cristo en el nombre del Padre, dieron testimonio de él; igualmente, el fruto del Espíritu en nuestras vidas, da testimonio del Espíritu, da testimonio, que el Espíritu mora en nosotros, que nos ha sellado, que nos llena, que nos enseña, que intercede, que nos guía, etc.
(Mateo 7:16 y 20) “ Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?” y “ Así que, por sus frutos los conoceréis.”
(Romanos 6:22) “Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.”
(Gálatas 5:22-23) “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”
(Efesios 5:9) “(porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad),”
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HEREJÍAS DESTRUCTORAS(Hno: Frco. Clares Barranco
HEREJÍAS DESTRUCTORAS (2ª Pedro 2:1-3)
DOGMAS: (1) LA TRINIDAD (Concilios: Nicea 325 d.C., Constantinopla 381 d.C., y Calcedonia 461 d.C.). (2) NACIMIENTO VIRGINAL DE JESÚS (Concilio de Letrán 649 d.C.). (3) INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA 1854 d.C. (4) LA ASUNCIÓN DE MARÍA 1950 d.C.
DOGMAS: (1) LA TRINIDAD (Concilios: Nicea 325 d.C., Constantinopla 381 d.C., y Calcedonia 461 d.C.). (2) NACIMIENTO VIRGINAL DE JESÚS (Concilio de Letrán 649 d.C.). (3) INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA 1854 d.C. (4) LA ASUNCIÓN DE MARÍA 1950 d.C.
ES OBVIO, QUE LAS IGLESIAS PROTESTANTES Y EVANGÉLICAS E HIJAS DE BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS, Y QUE SURGIERON EN EL SIGLO XVI TRAS LA REFORMA, TAN SOLO HAN ASUMIDO LOS DOS PRIMEROS DOGMAS , PUESTO QUE LOS DOS ÚLTIMOS HAN SIDO PROMULGADOS RECIENTEMENTE, ES DECIR, EN LOS SIGLOS XIX Y XX.
Hace ya algunos años y tras estudio y meditación en la palabra de Dios, llegué a la conclusión, de que todo cuanto voy conociendo y conozco en parte, responde, a lo que ya ha sido realizado y también a lo que revelan las Escrituras del Plan de Dios, conforme al Propósito Eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor (Efesios 3:11).
Este Plan, dijéramos, que está escrito en la mente de Dios y guardado en su corazón, en su seno. Por consiguiente, todo está en la presciencia de Dios y nadie debiera imaginarse la preexistencia de Jesús y también la nuestra. “La nuestra”, algo que los predicadores y maestros de hoy en día olvidan permanentemente (Efesios 1:4; Romanos 8:29). Porque si Jesús es el primogénito entre muchos hermanos y en vez de estar en la presciencia de Dios, estuvo en la preexistencia como un Ser Divino y Eterno, cabe preguntarse, si nosotros también, que somos sus hermanos, estuvimos en una condición igual o semejante. Porque si Jesús preexistió como Dios el Hijo, el Hijo Eterno, tal y como muchos predican:
¿Éramos también nosotros, espíritus, dioses o algo parecido?
La preexistencia de Cristo y también la nuestra, es un dogma que se deriva del gnosticismo. El gnosticismo, que surgió desde la filosofía griega de Platón y también de religiones orientales, y que sostuvo la creencia de seres preexistentes o “aeones”, que podían descender del nivel o lugar espiritual de donde provenían para “encarnarse” o en su caso “reencarnarse”en cuerpos humanos temporalmente. Tales cuerpos, eran luego abandonados por estos “aeones”, porque se afirmaba, que “toda materia es inherentemente mala” (dualismo gnóstico). En cierto modo, el cristianismo antiguo fue influenciado por el gnosticismo, para tornarse en un cristianismo gnóstico, asegurando la preexistencia de un Cristo prehumano, lo cual tira por tierra la verdadera filiación humana y excepcional del Hijo de Dios, que fue engendrado por Dios y nacido de mujer. Para el gnosticismo docético (Cristo aparentó ser humano pero realmente no lo fue), el “Cristo divino”, descendió sobre el “Jesús humano”, para dejarlo un cierto tiempo después.
¡Hoy en día, también hay muchos, que solamente quieren ver a un Cristo divino!
Este Plan, dijéramos, que está escrito en la mente de Dios y guardado en su corazón, en su seno. Por consiguiente, todo está en la presciencia de Dios y nadie debiera imaginarse la preexistencia de Jesús y también la nuestra. “La nuestra”, algo que los predicadores y maestros de hoy en día olvidan permanentemente (Efesios 1:4; Romanos 8:29). Porque si Jesús es el primogénito entre muchos hermanos y en vez de estar en la presciencia de Dios, estuvo en la preexistencia como un Ser Divino y Eterno, cabe preguntarse, si nosotros también, que somos sus hermanos, estuvimos en una condición igual o semejante. Porque si Jesús preexistió como Dios el Hijo, el Hijo Eterno, tal y como muchos predican:
¿Éramos también nosotros, espíritus, dioses o algo parecido?
La preexistencia de Cristo y también la nuestra, es un dogma que se deriva del gnosticismo. El gnosticismo, que surgió desde la filosofía griega de Platón y también de religiones orientales, y que sostuvo la creencia de seres preexistentes o “aeones”, que podían descender del nivel o lugar espiritual de donde provenían para “encarnarse” o en su caso “reencarnarse”en cuerpos humanos temporalmente. Tales cuerpos, eran luego abandonados por estos “aeones”, porque se afirmaba, que “toda materia es inherentemente mala” (dualismo gnóstico). En cierto modo, el cristianismo antiguo fue influenciado por el gnosticismo, para tornarse en un cristianismo gnóstico, asegurando la preexistencia de un Cristo prehumano, lo cual tira por tierra la verdadera filiación humana y excepcional del Hijo de Dios, que fue engendrado por Dios y nacido de mujer. Para el gnosticismo docético (Cristo aparentó ser humano pero realmente no lo fue), el “Cristo divino”, descendió sobre el “Jesús humano”, para dejarlo un cierto tiempo después.
¡Hoy en día, también hay muchos, que solamente quieren ver a un Cristo divino!
El apóstol Juan, combatió enérgicamente esta herejía del gnosticismo, la cual influenció y al igual que ocurre hoy en día, a muchos miembros sinceros de la Iglesia de Dios. Juan se opuso enérgicamente al dogma gnóstico de la preexistencia de Cristo y de su encarnación humana. Juan conocía a toda la familia de Jesús, y sin en verdad su madre Salomé era hermana de María, significa, que hasta podría haber sido primo hermano de Jesús. Luego no cabe pensar ni interpretar en ningún momento, que las palabras de Juan pretendieran anular la condición humana de Jesús, sino justamente todo lo contrario: “En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo (Jesús Cristo) ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo (Jesús Cristo) ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo” (1ª Juan 4:2-3).
Me pregunto:
¿Cómo ven y cómo se imaginan, al único Dios Invisible y Eterno, aquellos, quiénes creen en personas divinas, coeternas y distintas, y en su caso en pluralidad de Dioses?
Y también: ¿Cómo ven y cómo se imaginan, al que creen
como preexistente Hijo Eterno, Dios el Hijo, antes de la fundación del mundo?
¿Los ven desde una visión antropomórfica? ¿Cómo los ven? ¿Cómo se los imaginan?
¡Quisiera saberlo!
¡Porque hablan mucho de Dios, pero parece ser, que conocen poco de su naturaleza!
----------ooOoo----------
Muchísimos intelectuales y científicos agnósticos, y desde el conocimiento actual del que disponen, describen a Dios, como la energía inteligente del Universo. La ciencia evoluciona continuamente y desde hace bastante tiempo, ya se está hablando del suprauniverso (el espacio que rodea al Universo), donde parece ser, abunda la antimateria y una fuerza inteligente capaz de poner orden en el caos, que continuamente se está produciendo en el Universo.
Esto que actualmente están descubriendo los científicos, entiendo, que los creyentes, lo sabemos desde siempre y a través de la Palabra. Ellos, lo llaman energía inteligente o fuerza inteligente, y nosotros, lo conocemos por Espíritu Palabra (Omnipotencia, Omnipresencia y Omnisciencia).
¡Sin ánimo de ofender a nadie, hablar aquí de lo que hablan y enseñan, quiénes creen en personas divinas, coeternas y distintas, y en su caso en pluralidad de Dioses, me parece un absurdo, y un insulto a la mínima inteligencia, y al mínimo sentido común!
Describir la naturaleza de Dios, por la expresión Espíritu Palabra, pudiera quedar como una expresión un poco abstracta; y es por ello, que del modo mas sencillo y comprensible, expondré, que es lo que discierno como Espíritu Palabra.
En principio, decir, que aunque la expresión está compuesta de dos palabras, mi percepción es como si fuera una sola. Percibo al Espíritu Palabra, en una unión total.
¡No contemplo Espíritu sin Palabra, ni Palabra sin Espíritu!
Les diré, que el Espíritu Santo que mora en mí, es vida, poder en el hombre interior, carácter de Dios en mi vida (Amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza), etc., y la Palabra, es espíritu, vida, racionalidad, creatividad, conocimiento de la voluntad de Dios, en toda sabiduría e inteligencia espiritual, etc.
¡Lo he expuesto del modo más breve y conciso!
----------ooOoo----------
En el Antiguo Testamento, la palabra Padre y en relación con Dios, está poco presente; y la de un Hijo de Él, es inexistente. Por ello, hemos de ir al Nuevo Testamento, que es donde encontraremos frecuentemente, la palabra Padre en relación con Dios y las frases “el Hijo del Hombre” y “el Hijo de Dios” en relación con Jesús.
En el Nuevo Testamento, vamos a ver como Dios se humaniza, manifestándose en carne en Jesús, para traernos y darnos la Palabra. Y también veremos, como tras la muerte, resurrección y glorificación de nuestro Señor Jesús Cristo, los que hemos creído en él, en su obra redentora, hemos recibido el Espíritu Santo; y por consiguiente, haciéndonos participantes de la naturaleza divina: Espíritu Palabra.
El centro del cristianismo no es Dios, sino Jesús, Jesús Cristo hombre, del linaje (sperma) de David según la carne, el que vivió con nosotros y murió en la Cruz por nosotros, para nuestra Salvación. Porque Jesús fue quien nos reveló a Dios y quien nos lo dio a conocer.
Dios manifestado en carne (1ª Timoteo 3:16); la humanización de Dios, se produjo en Jesús Cristo hombre nuestro Señor, el único mediador entre Dios y los hombres (1ª Timoteo 2:5). Por consiguiente, Jesús Cristo hombre siendo en forma de Dios “se vació de si mismo” (Filipenses 2:7), manifestándose como “siervo”, semejante a los hombre y en la condición de hombre. Es decir, que Jesús Cristo hombre siendo en forma de Dios, renunció a toda grandeza, a toda majestad y a toda expresión de poder temporal. No hay otro modo de ver a Jesús nuestro Señor, si no es en forma de “siervo”, renunciando voluntariamente a todo privilegio y a toda distinción.
Reflexionando en el párrafo anterior, es como si Dios nos dijera, que en la medida en que nos acerquemos a esta forma de estar en el mundo (en la que Él estuvo habitando en Jesús), tendremos amor hacia la humanidad; y en esa misma medida, también nos acercaremos a Él, a Su voluntad, en obediencia, humildad y mansedumbre.
Es evidente, que cualquier lector estará pensando: Este hombre nos dice, que Jesús hombre es el centro del cristianismo, pero de lo que hemos leído hasta ahora, parece, que nos esta exponiendo a un Jesús menos humano, nos está exponiendo a Jesús en forma de Dios, donde prevalece la Deidad en él sobre la humanidad y en una especie casi de “monofisismo larvado”.
¡No es mi intención, ni muchísimo de menos!
Reconozco, que me es imposible el separar la humanidad de Jesús de la Deidad en él. Pero igualmente, también me es imposible separar la Deidad en él, de su humanidad.
Jesús, es en forma de Dios, y es un verdadero hombre.
¿Cómo ven y cómo se imaginan, al único Dios Invisible y Eterno, aquellos, quiénes creen en personas divinas, coeternas y distintas, y en su caso en pluralidad de Dioses?
Y también: ¿Cómo ven y cómo se imaginan, al que creen
como preexistente Hijo Eterno, Dios el Hijo, antes de la fundación del mundo?
¿Los ven desde una visión antropomórfica? ¿Cómo los ven? ¿Cómo se los imaginan?
¡Quisiera saberlo!
¡Porque hablan mucho de Dios, pero parece ser, que conocen poco de su naturaleza!
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Muchísimos intelectuales y científicos agnósticos, y desde el conocimiento actual del que disponen, describen a Dios, como la energía inteligente del Universo. La ciencia evoluciona continuamente y desde hace bastante tiempo, ya se está hablando del suprauniverso (el espacio que rodea al Universo), donde parece ser, abunda la antimateria y una fuerza inteligente capaz de poner orden en el caos, que continuamente se está produciendo en el Universo.
Esto que actualmente están descubriendo los científicos, entiendo, que los creyentes, lo sabemos desde siempre y a través de la Palabra. Ellos, lo llaman energía inteligente o fuerza inteligente, y nosotros, lo conocemos por Espíritu Palabra (Omnipotencia, Omnipresencia y Omnisciencia).
¡Sin ánimo de ofender a nadie, hablar aquí de lo que hablan y enseñan, quiénes creen en personas divinas, coeternas y distintas, y en su caso en pluralidad de Dioses, me parece un absurdo, y un insulto a la mínima inteligencia, y al mínimo sentido común!
Describir la naturaleza de Dios, por la expresión Espíritu Palabra, pudiera quedar como una expresión un poco abstracta; y es por ello, que del modo mas sencillo y comprensible, expondré, que es lo que discierno como Espíritu Palabra.
En principio, decir, que aunque la expresión está compuesta de dos palabras, mi percepción es como si fuera una sola. Percibo al Espíritu Palabra, en una unión total.
¡No contemplo Espíritu sin Palabra, ni Palabra sin Espíritu!
Les diré, que el Espíritu Santo que mora en mí, es vida, poder en el hombre interior, carácter de Dios en mi vida (Amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza), etc., y la Palabra, es espíritu, vida, racionalidad, creatividad, conocimiento de la voluntad de Dios, en toda sabiduría e inteligencia espiritual, etc.
¡Lo he expuesto del modo más breve y conciso!
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En el Antiguo Testamento, la palabra Padre y en relación con Dios, está poco presente; y la de un Hijo de Él, es inexistente. Por ello, hemos de ir al Nuevo Testamento, que es donde encontraremos frecuentemente, la palabra Padre en relación con Dios y las frases “el Hijo del Hombre” y “el Hijo de Dios” en relación con Jesús.
En el Nuevo Testamento, vamos a ver como Dios se humaniza, manifestándose en carne en Jesús, para traernos y darnos la Palabra. Y también veremos, como tras la muerte, resurrección y glorificación de nuestro Señor Jesús Cristo, los que hemos creído en él, en su obra redentora, hemos recibido el Espíritu Santo; y por consiguiente, haciéndonos participantes de la naturaleza divina: Espíritu Palabra.
El centro del cristianismo no es Dios, sino Jesús, Jesús Cristo hombre, del linaje (sperma) de David según la carne, el que vivió con nosotros y murió en la Cruz por nosotros, para nuestra Salvación. Porque Jesús fue quien nos reveló a Dios y quien nos lo dio a conocer.
Dios manifestado en carne (1ª Timoteo 3:16); la humanización de Dios, se produjo en Jesús Cristo hombre nuestro Señor, el único mediador entre Dios y los hombres (1ª Timoteo 2:5). Por consiguiente, Jesús Cristo hombre siendo en forma de Dios “se vació de si mismo” (Filipenses 2:7), manifestándose como “siervo”, semejante a los hombre y en la condición de hombre. Es decir, que Jesús Cristo hombre siendo en forma de Dios, renunció a toda grandeza, a toda majestad y a toda expresión de poder temporal. No hay otro modo de ver a Jesús nuestro Señor, si no es en forma de “siervo”, renunciando voluntariamente a todo privilegio y a toda distinción.
Reflexionando en el párrafo anterior, es como si Dios nos dijera, que en la medida en que nos acerquemos a esta forma de estar en el mundo (en la que Él estuvo habitando en Jesús), tendremos amor hacia la humanidad; y en esa misma medida, también nos acercaremos a Él, a Su voluntad, en obediencia, humildad y mansedumbre.
Es evidente, que cualquier lector estará pensando: Este hombre nos dice, que Jesús hombre es el centro del cristianismo, pero de lo que hemos leído hasta ahora, parece, que nos esta exponiendo a un Jesús menos humano, nos está exponiendo a Jesús en forma de Dios, donde prevalece la Deidad en él sobre la humanidad y en una especie casi de “monofisismo larvado”.
¡No es mi intención, ni muchísimo de menos!
Reconozco, que me es imposible el separar la humanidad de Jesús de la Deidad en él. Pero igualmente, también me es imposible separar la Deidad en él, de su humanidad.
Jesús, es en forma de Dios, y es un verdadero hombre.
Entiéndase que cuando utilice la expresión “la Deidad”, no estoy diciendo que Jesús es “la Deidad”, sino que en él habita corporalmente toda la plenitud de “la Deidad”, porque así agradó al Padre (Colosenses 2:9 y 1:19).
¡Fijense que no he dicho que Jesús es Dios, sino que es en forma de Dios!
Repito: ¡Jesús, es en forma de Dios y es un verdadero hombre!
Demostrar, que Jesús fue hombre, me parece hasta absurdo, porque lo primero que vemos en los evangelios es su genealogía, bien sea por parte de José (Mateo) o de María (Lucas). Toda la Cristiandad de un modo u de otro celebra la Navidad, el nacimiento de Jesús en Belén y donde los pastores lo encontraron envuelto en pañales (Lucas 2:12). Que creció en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres (Lucas 2:52). Que recorrió incansablemente todas las ciudades y aldeas llevándoles las “Buenas Nuevas el Evangelio del Reino”. Que comió, bebió, lloró, se cansó, tuvo sueño, se alegró, se angustió, se entristeció, etc., exactamente igual que cualquiera de nosotros. Que sufrió tal contradicción de pecadores, que lo desnudaron, pegaron, azotaron, escupieron, insultaron, se burlaron, lo escarnecieron y finalmente lo crucificaron y derramando sangre (su sangre preciosa). En la cruz del Calvario, brilló el amor de Jesús Cristo hombre, en todo su esplendor, en un amor que excede a todo conocimiento, entregándose a sí mismo, obedeciendo al Padre hasta la muerte y muerte de cruz y donde estuvo absolutamente solo, solo hombre, en cuerpo, alma y espíritu (Mateo 27:46 y Marcos 15:34). Resucitó de entre los muertos y durante cuarenta días estuvo predicando el evangelio del reino; y cientos y cientos de personas, fueron testigos de verle resucitado. Estando con algunos discípulos se elevó, ascendió y desapareció en las nubes. Dios nuestro Padre lo exaltó colocándolo en un orden un tanto superior a los ángeles y posicionándolo sentado a su diestra, a la diestra de la Majestad de las alturas. Jesús Cristo hombre glorificado y sentado a la diestra de Dios, es nuestro Sumo Sacerdote, quien intercede permanentemente por nosotros, presentando ante el Trono de la Gracia nuestras ofrendas y alabanzas. Jesús Cristo hombre glorificado y sentado a la diestra de Dios, es nuestro Abogado y es también nuestro hermano mayor (el primogénito entre muchos hermanos). Jesús Cristo hombre glorificado y sentado a la diestra de Dios es cabeza y esposo que cuida y sustenta a su iglesia. Jesús Cristo hombre glorificado, vendrá para reunirnos con él. Jesús Cristo hombre glorificado, transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya. Jesús Cristo hombre glorificado, vendrá a reinar durante mil años y nosotros con él. Jesús Cristo hombre glorificado, entregará el reino al Dios y Padre cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. Jesús Cristo hombre glorificado, se sentará en el trono de su gloria, en el Juicio del Trono Blanco.
¡Jesús Cristo hombre glorificado por toda la eternidad
y nosotros con él!
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Veamos que dice la palabra de Dios y en los cuatro Evangelios:
Tres evangelios sinópticos, es decir, los tres afines y semejantes en cuanto al orden de la narración y al contenido (Marcos 60-70 d.C.; Mateo 70 d.C; Lucas 70-80 d.C); y por singularidad, el Evangelio de Juan, que fue el más tardío (95-100 d.C).
Cabe resaltar, los aspectos, de que tan solo Mateo y Juan fueron apóstoles que anduvieron con el Señor Jesús; y el de la diferencia que hay entre los tres sinópticos y el evangelio de Juan.
La frase “el Hijo del Hombre”, era un título mesiánico (Daniel 7:13-14) y por consiguiente referido a un ser humano; mientras que la frase “el Hijo de Dios”, era intencionadamente presentada por los judíos (Fariseos, Saduceos y Escribas) de la época como una blasfemia, queriendo que el resto de judíos, entendieran, que quién la pronunciara esta frase siendo un hombre, se hacía Dios (Juan 10:33).
¡Es lo que ellos entendieron, pero no es, lo que debiéramos entender nosotros!
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Mateo:
Hijo de Dios ---> 8 y nunca las pronunció Jesús.
Hijo del Hombre ---> 30 y todas pronunciadas por Jesús.
Marcos:
Hijo de Dios ---> 3 y nunca las pronunció Jesús.
Hijo del Hombre ---> 13 y 12 pronunciadas por Jesús.
Lucas:
Hijo de Dios ---> 5 y nunca las pronunció Jesús.
Hijo del Hombre ---> 26 y 25 pronunciadas por Jesús.
Resumen:
Hijo de Dios ---> 16 y nunca las pronunció Jesús.
Hijo del Hombre ---> 69 y 67 pronunciadas por Jesús.
Es evidente, que en los tres evangelios sinópticos, se pone el énfasis en el carácter mesiánico y en la humanidad de Jesús.
Juan:
Hijo de Dios ---> 10 y 5 pronunciadas por Jesús.
Hijo del Hombre ---> 11 y 9 pronunciadas por Jesús.
En este evangelio de Juan, es cuando Jesús, pronuncia la frase “Hijo de Dios”, e incluso la frase “Hijo de Dios soy”; pero aún así, también pronuncia casi el doble de veces la frase, “el Hijo del Hombre”.
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El evangelio de Juan, fue escrito casi 30 años después de los evangelios sinópticos; con el propósito de que creamos que Jesús es el Cristo (el Mesías/el Ungido), el Hijo de Dios y para que creyendo, tengamos vida en su nombre (Juan 20:31); pero también, mostrándonos la Deidad en Jesús, así como la humanidad del mismo. El apóstol Juan tuvo que enfrentarse y durante muchos años a la herejía destructora del “gnosticismo”, la cual, fue la herejía más peligrosa que amenazó a la iglesia primitiva durante los tres primeros siglos; y es por ello, que tanto en su evangelio, como en las cartas apostólicas, trata de rebatir los conceptos que estaban haciendo muchísimo daño a la iglesia.
1.- El dualismo en cuanto al espíritu y la materia. Los gnósticos aseguraban que la materia era inherentemente mala y el espíritu bueno. Por consiguiente, creían, que la vida real solamente existía en la realidad del espíritu.
¡Tan solo querían ver la parte espiritual!
2.- El dualismo filosófico-místico, por el cual podrían conseguir un conocimiento intuitivo, misterioso y secreto de las cosas divinas (gnosis), que les conduciría a la salvación.
El apóstol Juan y en el principio de su evangelio, es como si les estuviera diciendo, que se olvidaran de la filosofía neoplatónica y mística, y que prestaran atención a la palabra de Dios, “la Palabra hecha carne” en Jesús y que habitó entre nosotros, la cual, les daría el único conocimiento, que pudiera conducirlos a la salvación.
(Juan 1:1 – Traducción del Griego) “En principio es la Palabra, y la Palabra es en Dios y de Dios es la Palabra”.
(Juan 1:14 – Traducción del Griego) “Y la Palabra carne llegó a ser, y habitó en nosotros, y vimos la gloria de ella misma, gloria como de Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.”
¡Analizando estos dos versículos, ellos, nos declaran sin ambages la Deidad en Jesús!
3.- La negación de la humanidad de Jesús. Decían, que Jesús nunca fue un ser humano sino que tan solo aparentaba serlo.
Dijo Juan, enfrentándose al gnosticismo: “y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo (Jesús Cristo) ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo” (1ª Juan 4:3).
¡No creo, que nadie dude, del énfasis, que pone el apóstol Juan en cuanto a la humanidad de Jesús!
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Tras desaparecer el último apóstol Juan, la herejía destructora del "gnosticismo" siguió dañando a la iglesia durante muchos años (casi hasta finales del Siglo III).
A mediados del Siglo III, surgió otra herejía destructora, llamada "el arrianismo" (precusores de los Testigos de Jehová), la cual y en contraposición del "gnosticismo", que negaba la humanidad de Jesús, para tan solo creer y desde planteamientos filosóficos en la divinidad del mismo; por el contrario, "el arrianismo", negaba contundentemente la divinidad de Jesús, y considerándolo como un ser humano con ciertos atributos divinos.
Estas dos herejías destructoras, se enfrentaron, y dando lugar a que los llamados "Padres Apologetas", escribieran, intentando defender la doctrina apostólica, de un único Dios verdadero manifestado en carne en Jesús; y por consiguiente, habitando corporalmente en él, toda la plenitud de la Deidad.
Pero desgraciadamente no fue así, porque a partir de Tertuliano, ya comenzaron a filosofar buscando aquello que no estaba escrito, y dando pie, a que partir de principios del Siglo IV, surgiera y se consolidara posteriormente la nueva herejía destructora del "Credo Niceno y el Credo de San Atanasio" y que en la actualidad es conocido como "El Misterio de la Santísima Trinidad".
Esta herejía destructora, no se diferencia mucho de sus antecesoras, porque al igual que ellas, son fruto de la filosofía humana, de las huecas sutilezas, conforme a los rudimentos del mundo y no según Cristo. Tal es así, que la Iglesia Católica-Romana, culpable de la promulgación y fomento de esta herejía destructora, se vio forzada, a manipular espuriamente algunos textos bíblicos del Nuevo Testamento, para apoyar su doctrina.
Erasmo de Rotterdam, recibió el encargo de traducir el Nuevo Testamento del latín al griego, y para ello, la Iglesia Católica-Romana, le proporcionó algunos (pocos) manuscritos y los Códex Vaticanus y Sinaíticus, en los cuales, se había borrado y escrito encima tantas veces, que no podemos considerarlos como fidedignos.
Pero aún así, Erasmo y con el poco material que le proporcionaron, detectó muchísimas falsedades. Pero las autoridades eclesiásticas no aceptaron la traducción, y es por ello, que le forzaron a tener que escribir hasta 5 ediciones, para que ellas quedaran satisfechas.
Este Nuevo Testamento de Erasmo, es el que conocemos como “el Textus Receptus”, y que fue traducido a diferentes lenguas incluyendo la nuestra.
RVA60 cuya fuente es el Textus Receptus, contiene alrededor de 26 interpolaciones, y numeroso versículos que tenden-ciosamente han sido mal traducidos, en apoyo de esta herejía destructora del “Credo Niceno” y del “Credo de San Atanasio”.
Las Iglesias protestante y evangélicas, surgieron de la madre Iglesia Católica-Romana; y es por ello, que la inmensa mayoría de ellas, siguen conservando y enseñando la doctrina del “Credo Niceno” y del “Credo de San Atanasio”, que han asumido y heredado de su madre.
Pero el problema no ha quedado aquí, sino que esta herejía destructora, tiene hoy en día una derivada, que es la del politeismo-paganismo de varios Dioses.
¡La herejía destructora de este siglo es el Credo Niceno, Credo de San Atanasio y su derivada del politeismo-paganismo!
Hoy, ya es imposible que sigan engañando, porque afortunadamente, disponemos de más de 5.500 fragmentos de manuscritos en griego del Nuevo Testamento, que dan luz a la verdad, revelando las falsificaciones y tendenciosas traducciones, que durante muchos siglos la Iglesia Católica-Romana fue efectuando.
Tal y como están las cosas, quiénes quieran acercarse a la verdad, deberán personalmente, ir al Nuevo Testamento en griego y efectuar la traducción correspondiente, la cual deberá encajar como en un puzzle, en el contexto de las Sagradas Escrituras.
----------ooOoo----------
Hoy en día, y en muchísimas iglesias evangélicas, existe una especie de “seudo-gnosticismo”, por el cual deshumanizan totalmente a Jesús, para verlo única y exclusivamente divinizado.
En una exégesis bíblica del evangelio de Juan, y si deshumanizáramos a Jesús, Jesús desaparecería, y tan solo aparecería Dios el Padre.
¡Pero esto no es lo que está ocurriendo!
Ellos, no disciernen a Dios el Padre, sino que ven al que ellos llaman “Dios el Hijo”, “el Hijo Eterno” y lo sitúan en un Trono Celestial, adornado y encumbrado de toda Majestad, escoltado de miríadas de ángeles sirviéndole y objeto de toda adoración.
Esto se llama: ¡Politeismo y paganismo!
El deshumanizar totalmente a Jesús, y verlo únicamente divinizado, es como lanzar un torpedo a la línea de flotación de la fe cristiana.
¡Es destruir la fe cristiana! ¡Quiénes hacen esto, están negando al Señor Jesús que los rescató!
El centro del cristianismo, es Jesús Cristo hombre, el Jesús Cristo hombre, que cargó con todos los pecados del mundo, haciéndolo en soledad y desamparado, en su condición hombre, y donde brilló el espíritu de él, el espíritu de Jesús Cristo hombre, obedeciendo al Padre, hasta la muerte y muerte de cruz.
Nosotros, los que hemos creído en él, jamás nos encontraremos en la situación de soledad y desamparo que en la cruz y durante tres horas (sexta a novena), él vivió; y es por ello, que Jesús Cristo hombre, es el Autor y consumador de la fe.
¡El deshumanizar a Jesús, es una herejía destructora!
¡El situar a Jesús Cristo hombre glorificado, en un orden y posición en que Dios no lo ha colocado, es también, una herejía destructora!
¡Y el sustituir a Dios el Padre por un imaginario Dios el Hijo, es una herejía destructora, la cual ha derivado, en el politeismo y en el paganismo!
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(1ª Corintios 8:5-6) “Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo (Jesús Cristo), por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.”
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Repito: ¡Jesús, es en forma de Dios y es un verdadero hombre!
Demostrar, que Jesús fue hombre, me parece hasta absurdo, porque lo primero que vemos en los evangelios es su genealogía, bien sea por parte de José (Mateo) o de María (Lucas). Toda la Cristiandad de un modo u de otro celebra la Navidad, el nacimiento de Jesús en Belén y donde los pastores lo encontraron envuelto en pañales (Lucas 2:12). Que creció en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres (Lucas 2:52). Que recorrió incansablemente todas las ciudades y aldeas llevándoles las “Buenas Nuevas el Evangelio del Reino”. Que comió, bebió, lloró, se cansó, tuvo sueño, se alegró, se angustió, se entristeció, etc., exactamente igual que cualquiera de nosotros. Que sufrió tal contradicción de pecadores, que lo desnudaron, pegaron, azotaron, escupieron, insultaron, se burlaron, lo escarnecieron y finalmente lo crucificaron y derramando sangre (su sangre preciosa). En la cruz del Calvario, brilló el amor de Jesús Cristo hombre, en todo su esplendor, en un amor que excede a todo conocimiento, entregándose a sí mismo, obedeciendo al Padre hasta la muerte y muerte de cruz y donde estuvo absolutamente solo, solo hombre, en cuerpo, alma y espíritu (Mateo 27:46 y Marcos 15:34). Resucitó de entre los muertos y durante cuarenta días estuvo predicando el evangelio del reino; y cientos y cientos de personas, fueron testigos de verle resucitado. Estando con algunos discípulos se elevó, ascendió y desapareció en las nubes. Dios nuestro Padre lo exaltó colocándolo en un orden un tanto superior a los ángeles y posicionándolo sentado a su diestra, a la diestra de la Majestad de las alturas. Jesús Cristo hombre glorificado y sentado a la diestra de Dios, es nuestro Sumo Sacerdote, quien intercede permanentemente por nosotros, presentando ante el Trono de la Gracia nuestras ofrendas y alabanzas. Jesús Cristo hombre glorificado y sentado a la diestra de Dios, es nuestro Abogado y es también nuestro hermano mayor (el primogénito entre muchos hermanos). Jesús Cristo hombre glorificado y sentado a la diestra de Dios es cabeza y esposo que cuida y sustenta a su iglesia. Jesús Cristo hombre glorificado, vendrá para reunirnos con él. Jesús Cristo hombre glorificado, transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya. Jesús Cristo hombre glorificado, vendrá a reinar durante mil años y nosotros con él. Jesús Cristo hombre glorificado, entregará el reino al Dios y Padre cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. Jesús Cristo hombre glorificado, se sentará en el trono de su gloria, en el Juicio del Trono Blanco.
¡Jesús Cristo hombre glorificado por toda la eternidad
y nosotros con él!
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Veamos que dice la palabra de Dios y en los cuatro Evangelios:
Tres evangelios sinópticos, es decir, los tres afines y semejantes en cuanto al orden de la narración y al contenido (Marcos 60-70 d.C.; Mateo 70 d.C; Lucas 70-80 d.C); y por singularidad, el Evangelio de Juan, que fue el más tardío (95-100 d.C).
Cabe resaltar, los aspectos, de que tan solo Mateo y Juan fueron apóstoles que anduvieron con el Señor Jesús; y el de la diferencia que hay entre los tres sinópticos y el evangelio de Juan.
La frase “el Hijo del Hombre”, era un título mesiánico (Daniel 7:13-14) y por consiguiente referido a un ser humano; mientras que la frase “el Hijo de Dios”, era intencionadamente presentada por los judíos (Fariseos, Saduceos y Escribas) de la época como una blasfemia, queriendo que el resto de judíos, entendieran, que quién la pronunciara esta frase siendo un hombre, se hacía Dios (Juan 10:33).
¡Es lo que ellos entendieron, pero no es, lo que debiéramos entender nosotros!
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Mateo:
Hijo de Dios ---> 8 y nunca las pronunció Jesús.
Hijo del Hombre ---> 30 y todas pronunciadas por Jesús.
Marcos:
Hijo de Dios ---> 3 y nunca las pronunció Jesús.
Hijo del Hombre ---> 13 y 12 pronunciadas por Jesús.
Lucas:
Hijo de Dios ---> 5 y nunca las pronunció Jesús.
Hijo del Hombre ---> 26 y 25 pronunciadas por Jesús.
Resumen:
Hijo de Dios ---> 16 y nunca las pronunció Jesús.
Hijo del Hombre ---> 69 y 67 pronunciadas por Jesús.
Es evidente, que en los tres evangelios sinópticos, se pone el énfasis en el carácter mesiánico y en la humanidad de Jesús.
Juan:
Hijo de Dios ---> 10 y 5 pronunciadas por Jesús.
Hijo del Hombre ---> 11 y 9 pronunciadas por Jesús.
En este evangelio de Juan, es cuando Jesús, pronuncia la frase “Hijo de Dios”, e incluso la frase “Hijo de Dios soy”; pero aún así, también pronuncia casi el doble de veces la frase, “el Hijo del Hombre”.
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El evangelio de Juan, fue escrito casi 30 años después de los evangelios sinópticos; con el propósito de que creamos que Jesús es el Cristo (el Mesías/el Ungido), el Hijo de Dios y para que creyendo, tengamos vida en su nombre (Juan 20:31); pero también, mostrándonos la Deidad en Jesús, así como la humanidad del mismo. El apóstol Juan tuvo que enfrentarse y durante muchos años a la herejía destructora del “gnosticismo”, la cual, fue la herejía más peligrosa que amenazó a la iglesia primitiva durante los tres primeros siglos; y es por ello, que tanto en su evangelio, como en las cartas apostólicas, trata de rebatir los conceptos que estaban haciendo muchísimo daño a la iglesia.
1.- El dualismo en cuanto al espíritu y la materia. Los gnósticos aseguraban que la materia era inherentemente mala y el espíritu bueno. Por consiguiente, creían, que la vida real solamente existía en la realidad del espíritu.
¡Tan solo querían ver la parte espiritual!
2.- El dualismo filosófico-místico, por el cual podrían conseguir un conocimiento intuitivo, misterioso y secreto de las cosas divinas (gnosis), que les conduciría a la salvación.
El apóstol Juan y en el principio de su evangelio, es como si les estuviera diciendo, que se olvidaran de la filosofía neoplatónica y mística, y que prestaran atención a la palabra de Dios, “la Palabra hecha carne” en Jesús y que habitó entre nosotros, la cual, les daría el único conocimiento, que pudiera conducirlos a la salvación.
(Juan 1:1 – Traducción del Griego) “En principio es la Palabra, y la Palabra es en Dios y de Dios es la Palabra”.
(Juan 1:14 – Traducción del Griego) “Y la Palabra carne llegó a ser, y habitó en nosotros, y vimos la gloria de ella misma, gloria como de Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.”
¡Analizando estos dos versículos, ellos, nos declaran sin ambages la Deidad en Jesús!
3.- La negación de la humanidad de Jesús. Decían, que Jesús nunca fue un ser humano sino que tan solo aparentaba serlo.
Dijo Juan, enfrentándose al gnosticismo: “y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo (Jesús Cristo) ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo” (1ª Juan 4:3).
¡No creo, que nadie dude, del énfasis, que pone el apóstol Juan en cuanto a la humanidad de Jesús!
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Tras desaparecer el último apóstol Juan, la herejía destructora del "gnosticismo" siguió dañando a la iglesia durante muchos años (casi hasta finales del Siglo III).
A mediados del Siglo III, surgió otra herejía destructora, llamada "el arrianismo" (precusores de los Testigos de Jehová), la cual y en contraposición del "gnosticismo", que negaba la humanidad de Jesús, para tan solo creer y desde planteamientos filosóficos en la divinidad del mismo; por el contrario, "el arrianismo", negaba contundentemente la divinidad de Jesús, y considerándolo como un ser humano con ciertos atributos divinos.
Estas dos herejías destructoras, se enfrentaron, y dando lugar a que los llamados "Padres Apologetas", escribieran, intentando defender la doctrina apostólica, de un único Dios verdadero manifestado en carne en Jesús; y por consiguiente, habitando corporalmente en él, toda la plenitud de la Deidad.
Pero desgraciadamente no fue así, porque a partir de Tertuliano, ya comenzaron a filosofar buscando aquello que no estaba escrito, y dando pie, a que partir de principios del Siglo IV, surgiera y se consolidara posteriormente la nueva herejía destructora del "Credo Niceno y el Credo de San Atanasio" y que en la actualidad es conocido como "El Misterio de la Santísima Trinidad".
Esta herejía destructora, no se diferencia mucho de sus antecesoras, porque al igual que ellas, son fruto de la filosofía humana, de las huecas sutilezas, conforme a los rudimentos del mundo y no según Cristo. Tal es así, que la Iglesia Católica-Romana, culpable de la promulgación y fomento de esta herejía destructora, se vio forzada, a manipular espuriamente algunos textos bíblicos del Nuevo Testamento, para apoyar su doctrina.
Erasmo de Rotterdam, recibió el encargo de traducir el Nuevo Testamento del latín al griego, y para ello, la Iglesia Católica-Romana, le proporcionó algunos (pocos) manuscritos y los Códex Vaticanus y Sinaíticus, en los cuales, se había borrado y escrito encima tantas veces, que no podemos considerarlos como fidedignos.
Pero aún así, Erasmo y con el poco material que le proporcionaron, detectó muchísimas falsedades. Pero las autoridades eclesiásticas no aceptaron la traducción, y es por ello, que le forzaron a tener que escribir hasta 5 ediciones, para que ellas quedaran satisfechas.
Este Nuevo Testamento de Erasmo, es el que conocemos como “el Textus Receptus”, y que fue traducido a diferentes lenguas incluyendo la nuestra.
RVA60 cuya fuente es el Textus Receptus, contiene alrededor de 26 interpolaciones, y numeroso versículos que tenden-ciosamente han sido mal traducidos, en apoyo de esta herejía destructora del “Credo Niceno” y del “Credo de San Atanasio”.
Las Iglesias protestante y evangélicas, surgieron de la madre Iglesia Católica-Romana; y es por ello, que la inmensa mayoría de ellas, siguen conservando y enseñando la doctrina del “Credo Niceno” y del “Credo de San Atanasio”, que han asumido y heredado de su madre.
Pero el problema no ha quedado aquí, sino que esta herejía destructora, tiene hoy en día una derivada, que es la del politeismo-paganismo de varios Dioses.
¡La herejía destructora de este siglo es el Credo Niceno, Credo de San Atanasio y su derivada del politeismo-paganismo!
Hoy, ya es imposible que sigan engañando, porque afortunadamente, disponemos de más de 5.500 fragmentos de manuscritos en griego del Nuevo Testamento, que dan luz a la verdad, revelando las falsificaciones y tendenciosas traducciones, que durante muchos siglos la Iglesia Católica-Romana fue efectuando.
Tal y como están las cosas, quiénes quieran acercarse a la verdad, deberán personalmente, ir al Nuevo Testamento en griego y efectuar la traducción correspondiente, la cual deberá encajar como en un puzzle, en el contexto de las Sagradas Escrituras.
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Hoy en día, y en muchísimas iglesias evangélicas, existe una especie de “seudo-gnosticismo”, por el cual deshumanizan totalmente a Jesús, para verlo única y exclusivamente divinizado.
En una exégesis bíblica del evangelio de Juan, y si deshumanizáramos a Jesús, Jesús desaparecería, y tan solo aparecería Dios el Padre.
¡Pero esto no es lo que está ocurriendo!
Ellos, no disciernen a Dios el Padre, sino que ven al que ellos llaman “Dios el Hijo”, “el Hijo Eterno” y lo sitúan en un Trono Celestial, adornado y encumbrado de toda Majestad, escoltado de miríadas de ángeles sirviéndole y objeto de toda adoración.
Esto se llama: ¡Politeismo y paganismo!
El deshumanizar totalmente a Jesús, y verlo únicamente divinizado, es como lanzar un torpedo a la línea de flotación de la fe cristiana.
¡Es destruir la fe cristiana! ¡Quiénes hacen esto, están negando al Señor Jesús que los rescató!
El centro del cristianismo, es Jesús Cristo hombre, el Jesús Cristo hombre, que cargó con todos los pecados del mundo, haciéndolo en soledad y desamparado, en su condición hombre, y donde brilló el espíritu de él, el espíritu de Jesús Cristo hombre, obedeciendo al Padre, hasta la muerte y muerte de cruz.
Nosotros, los que hemos creído en él, jamás nos encontraremos en la situación de soledad y desamparo que en la cruz y durante tres horas (sexta a novena), él vivió; y es por ello, que Jesús Cristo hombre, es el Autor y consumador de la fe.
¡El deshumanizar a Jesús, es una herejía destructora!
¡El situar a Jesús Cristo hombre glorificado, en un orden y posición en que Dios no lo ha colocado, es también, una herejía destructora!
¡Y el sustituir a Dios el Padre por un imaginario Dios el Hijo, es una herejía destructora, la cual ha derivado, en el politeismo y en el paganismo!
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(1ª Corintios 8:5-6) “Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo (Jesús Cristo), por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.”
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EL CREDO DE SAN ATANASIO
Todo el que quiera salvarse, debe ante todo mantener la Fe Universal. El que no guardare ésta Fe íntegra y pura, sin duda perecerá eternamente. Y la Fe Universal es ésta: que adoramos a un solo Dios en Trinidad, y Trinidad en Unidad, sin confundir las Personas, ni dividir la Sustancia. Porque es una la Persona del Padre, otra la del Hijo y otra la del Espíritu Santo; mas la Divinidad del Padre, del Hijo y del Espíritu es toda una, igual la Gloria, coeterna la Majestad. Así como es el Padre, así el Hijo, así el Espíritu Santo. Increado es el Padre, increado el Hijo, increado el Espíritu Santo. Incomprensible es el Padre, incomprensible el Hijo, incomprensible el Espíritu Santo. Eterno es el Padre, eterno el Hijo, eterno el Espíritu Santo. Y, sin embargo, no son tres eternos, sino un solo eterno; como también no son tres incomprensibles, ni tres increados, sino un solo increado y un solo incomprensible. Asimismo, el Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu Santo es Dios. Y sin embargo, no son tres Dioses, sino un solo Dios. Así también, Señor es el Padre, Señor es el Hijo, Señor es el Espíritu Santo. Y sin embargo, no son tres Señores, sino un solo Señor. Porque así como la verdad cristiana nos obliga a reconocer que cada una de las Personas de por sí es Dios y Señor, así la religión Cristiana nos prohíbe decir que hay tres Dioses o tres Señores. El Padre por nadie es hecho, ni creado, ni engendrado. El Hijo es sólo del Padre, no hecho, ni creado, sino engendrado. El Espíritu Santo es del Padre y del Hijo, no hecho, ni creado, ni engendrado, sino procedente. Hay, pues, un Padre, no tres Padres; un Hijo, no tres Hijos; un Espíritu Santo, no tres Espíritus Santos. Y en ésta Trinidad nadie es primero ni postrero, ni nadie mayor ni menor; sino que todas las tres Personas son coeternas juntamente y coiguales.
De manera que en todo, como queda dicho, se ha de adorar la Unidad en Trinidad, y la Trinidad en Unidad. Por tanto, el que quiera salvarse debe pensar así de la Trinidad. Además, es necesario para la salvación eterna que también crea correctamente en la Encarnación de nuestro Señor Jesucristo. Porque la Fe verdadera, que creemos y confesamos, es que nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, es Dios y Hombre; Dios, de la Sustancia del Padre, engendrado antes de todos los siglos; y Hombre, de la Sustancia de su Madre, nacido en el mundo; perfecto Dios y perfecto Hombre, subsistente de alma racional y de carne Humana; igual al Padre, según su Divinidad; inferior al Padre, según su Humanidad. Quien, aunque sea Dios y Hombre, sin embargo, no es dos, sino un solo Cristo; uno, no por conversión de la Divinidad en carne, sino por la asunción de la Humanidad en Dios; uno totalmente, no por confusión de Sustancia, sino por unidad de Persona. Pues como el alma racional y la carne es un solo hombre, así Dios y Hombre es un solo Cristo; El que padeció por nuestra salvación, descendió a los infiernos, resucitó al tercer día de entre los muertos. Subió a los cielos, está sentado a la diestra del Padre, Dios Todopoderoso, de donde ha de venir a juzgar a vivos y muertos. A cuya venida todos los hombres resucitarán con sus cuerpos y darán cuenta de sus propias obras. Y los que hubieren obrado bien irán a la vida eterna; y los que hubieren obrado mal, al fuego eterno. Esta es la Fe Universal, y quien no lo crea fielmente no puede salvarse. AMEN
Todo el que quiera salvarse, debe ante todo mantener la Fe Universal. El que no guardare ésta Fe íntegra y pura, sin duda perecerá eternamente. Y la Fe Universal es ésta: que adoramos a un solo Dios en Trinidad, y Trinidad en Unidad, sin confundir las Personas, ni dividir la Sustancia. Porque es una la Persona del Padre, otra la del Hijo y otra la del Espíritu Santo; mas la Divinidad del Padre, del Hijo y del Espíritu es toda una, igual la Gloria, coeterna la Majestad. Así como es el Padre, así el Hijo, así el Espíritu Santo. Increado es el Padre, increado el Hijo, increado el Espíritu Santo. Incomprensible es el Padre, incomprensible el Hijo, incomprensible el Espíritu Santo. Eterno es el Padre, eterno el Hijo, eterno el Espíritu Santo. Y, sin embargo, no son tres eternos, sino un solo eterno; como también no son tres incomprensibles, ni tres increados, sino un solo increado y un solo incomprensible. Asimismo, el Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu Santo es Dios. Y sin embargo, no son tres Dioses, sino un solo Dios. Así también, Señor es el Padre, Señor es el Hijo, Señor es el Espíritu Santo. Y sin embargo, no son tres Señores, sino un solo Señor. Porque así como la verdad cristiana nos obliga a reconocer que cada una de las Personas de por sí es Dios y Señor, así la religión Cristiana nos prohíbe decir que hay tres Dioses o tres Señores. El Padre por nadie es hecho, ni creado, ni engendrado. El Hijo es sólo del Padre, no hecho, ni creado, sino engendrado. El Espíritu Santo es del Padre y del Hijo, no hecho, ni creado, ni engendrado, sino procedente. Hay, pues, un Padre, no tres Padres; un Hijo, no tres Hijos; un Espíritu Santo, no tres Espíritus Santos. Y en ésta Trinidad nadie es primero ni postrero, ni nadie mayor ni menor; sino que todas las tres Personas son coeternas juntamente y coiguales.
De manera que en todo, como queda dicho, se ha de adorar la Unidad en Trinidad, y la Trinidad en Unidad. Por tanto, el que quiera salvarse debe pensar así de la Trinidad. Además, es necesario para la salvación eterna que también crea correctamente en la Encarnación de nuestro Señor Jesucristo. Porque la Fe verdadera, que creemos y confesamos, es que nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, es Dios y Hombre; Dios, de la Sustancia del Padre, engendrado antes de todos los siglos; y Hombre, de la Sustancia de su Madre, nacido en el mundo; perfecto Dios y perfecto Hombre, subsistente de alma racional y de carne Humana; igual al Padre, según su Divinidad; inferior al Padre, según su Humanidad. Quien, aunque sea Dios y Hombre, sin embargo, no es dos, sino un solo Cristo; uno, no por conversión de la Divinidad en carne, sino por la asunción de la Humanidad en Dios; uno totalmente, no por confusión de Sustancia, sino por unidad de Persona. Pues como el alma racional y la carne es un solo hombre, así Dios y Hombre es un solo Cristo; El que padeció por nuestra salvación, descendió a los infiernos, resucitó al tercer día de entre los muertos. Subió a los cielos, está sentado a la diestra del Padre, Dios Todopoderoso, de donde ha de venir a juzgar a vivos y muertos. A cuya venida todos los hombres resucitarán con sus cuerpos y darán cuenta de sus propias obras. Y los que hubieren obrado bien irán a la vida eterna; y los que hubieren obrado mal, al fuego eterno. Esta es la Fe Universal, y quien no lo crea fielmente no puede salvarse. AMEN
La característica fundamental de este Credo, es la ausencia absoluta de fundamentos apostólicos (no se apoya en ningún texto apostólico). El Sr. Atanasio, elaboró esta doctrina desde la filosofía humana, las huecas sutilezas, conforme a los rudimentos del mundo y no según Cristo.
¡Si alguien entiende este Credo, estoy seguro, que aprenderá chino en cinco días!
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“Jehová es Dios, y no hay otro fuera de él” (Deuteronomio 4:35) y “... uno es Dios, y no hay otro fuera de él” (Marcos 12:32). En base a estos versículos y otros semejantes, no creo en preexistencias, sino el la Omnisciencia y en su derivada de la presciencia de Dios (previo conocimiento); en un Plan perfecto conforme a su voluntad y propósito (Efesios 1:11 y Efesios 3:11), el cual y en la dispensación del cumplimiento de los tiempos (Efesios 1:10), parte de esta voluntad y propósito ya se ha cumplido y el resto también se cumplirá.
Por el contrario, hay otros muchos, que prefieren el concepto de preexistencia al de presciencia. Prefieren ver junto o al lado de Dios, a una pluralidad de personas divinas-coeternas-distintas o en su caso, a una pluralidad de Dioses. Y para ello, efectúan lecturas bíblicas de modo muy particular, falsificaciones y tendenciosas traducciones del Nuevo Testamento en griego (Ejemplo: 1ª Juan 5:20; 1ª Juan 5:7; Mateo 28:19; Juan 1:1; Tito 2:13; 2ª Pedro 2:1; etc., etc., etc.)
¡Y muchos están siguiendo estas disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad está siendo blasfemado!
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¡Si alguien entiende este Credo, estoy seguro, que aprenderá chino en cinco días!
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“Jehová es Dios, y no hay otro fuera de él” (Deuteronomio 4:35) y “... uno es Dios, y no hay otro fuera de él” (Marcos 12:32). En base a estos versículos y otros semejantes, no creo en preexistencias, sino el la Omnisciencia y en su derivada de la presciencia de Dios (previo conocimiento); en un Plan perfecto conforme a su voluntad y propósito (Efesios 1:11 y Efesios 3:11), el cual y en la dispensación del cumplimiento de los tiempos (Efesios 1:10), parte de esta voluntad y propósito ya se ha cumplido y el resto también se cumplirá.
Por el contrario, hay otros muchos, que prefieren el concepto de preexistencia al de presciencia. Prefieren ver junto o al lado de Dios, a una pluralidad de personas divinas-coeternas-distintas o en su caso, a una pluralidad de Dioses. Y para ello, efectúan lecturas bíblicas de modo muy particular, falsificaciones y tendenciosas traducciones del Nuevo Testamento en griego (Ejemplo: 1ª Juan 5:20; 1ª Juan 5:7; Mateo 28:19; Juan 1:1; Tito 2:13; 2ª Pedro 2:1; etc., etc., etc.)
¡Y muchos están siguiendo estas disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad está siendo blasfemado!
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CONOCE EL SEÑOR A LOS QUE SON SUYOS(Frco. Clares Barranco)
CONOCE EL SEÑOR A LOS QUE SON SUYOS...
(1ª Juan 2:18-20) “Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros. Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.”
(1ªJuan 4:2-3) “En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesús Cristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesús Cristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.
(2ª Juan 1:7) “Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesús Cristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo.”
Cuando Juan escribe estas cartas ya estaba en acción “el gnosticismo”, que tal vez, fue la herejía más peligrosa a la que tuvo que enfrentarse, y que posteriormente, amenazó a la iglesia primitiva durante los tres primeros siglos.
Concretando: Los gnósticos, creían y enseñaban, que Jesús verdaderamente no fue humano, sino, que sólo lo aparentaba. Esta doctrina herética, trató de destruir la verdad sobre la humanidad de Jesús Cristo (ha venido en carne – Dios manifestado en carne), y por consiguiente, anular la expiación de nuestros pecados, que él ganó para con nosotros, sufriendo y muriendo en carne, en la Cruz del Calvario.
Por esto dice: ¡Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros!
Actualmente, existen “miles” de denominaciones protestante y evangélicas, que en su día salieron de nosotros (de los que conoce el Señor que son suyos). Y salieron, porque no se sujetan a la “sana doctrina”, la doctrina de Cristo; bien porque sus “líderes” quieren propagar sus propias doctrinas, o bien, por seguir algunas doctrinas de la madre de las rameras, Babilonia la Grande.
Ejemplo: Hay iglesias evangélicas (politeístas-paganas), que tienen y adoran a tres Dioses: Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo. Pues bien, estos han salido de nosotros, pero no eran de nosotros, porque de haberlo sido, hubieran conocido, que solamente hay un Dios el Padre y un Señor, Jesús Cristo (1ª Corintios 8:6); e igualmente, hubieran conocido, que hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombre, “Jesús Cristo hombre” (1ª Timoteo 2:5).
¡Estos politeístas-paganos nunca hablan de “Jesús Cristo hombre”, sino de “Dios el Hijo”!
¡”Dios el Hijo” es una frase que no existe en la Biblia, pero ellos la crean!
(1ª Corintios 4:6) “aprendáis a no pensar más de lo que está escrito”
(Hebreos 2:14-17) ”Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham. Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.”
(1ª Timoteo 2:5) “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesús Cristo hombre,”
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Sólamente: “Conoce el Señor a los que son suyos”
Personalmente, ni se me ocurre pronunciarme sobre si éste o aquél que dice ser cristiano, es del Señor. Pero sin señalar a nadie, si que puedo decir, que al lado del cristiano se sienta uno que dice serlo, pero que no lo es. Muchos que dicen ser cristianos, son aquellos, que tienen una “fe intelectual” o una “fe cultural”, que es algo muy distinto, a una “fe salvadora y verdadera”. Son aquellos, que dicen ser cristianos, pero en realidad no lo son. Son personas profesantes, que confiesan haber recibido a Cristo como su Salvador, pero, que no se refleja en sus vidas (salvo en apariencia).
(2ª Timoteo 3: 5) "que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella."
Tienen un pie en la asamblea o iglesia y el otro en el mundo. De labios para afuera, dicen, que son del Señor, pero con sus obras muestran, que Cristo no está en ellos. Intelectualmente, conocen la palabra de Dios, y en muchos casos, están verdaderamente involucrados en la obra del Señor, sin embargo, no son del Señor.
(Mateo 7: 23) "Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad."
Este tipo de personas, actualmente, abundan muchísimo en las asambleas o iglesias cristianas. Tienen una “fe intelectual”, y creen en Jesús Cristo del modo más admirable. Pero al final, creen en él, como pueden creer en los Reyes Católicos, Napoleón, Noé o cualquier otro personaje.
Por otro lado, están “algunos hijos de cristianos”, que en muchísimos casos, abandonan la asamblea o iglesia, porque su fe es una “fe cultural”. En realidad, ellos, nunca accedieron a la fe y al Evangelio por propia decisión, sino, que lo hicieron como una herencia cultural y familiar. Otros, no abandonan la asamblea o iglesia, pero su fe sigue siendo una “fe cultural”. Por ello, soy muy partidario, de que la predicación de la Palabra, siempre esté centrada en la figura de nuestro Señor Jesús Cristo, para que de este modo, se pueda tornar la “fe intelectual” o la “fe cultural” en una “fe salvadora y verdadera”.
(Hebreos 6:4-6) “Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.”
Los enemigos de la palabra de Dios, usan estos versículos para desacreditarla, argumentando, que son contradictorios con otros versículos de la Biblia, que nos aseguran, que nunca un hijo de Dios puede recaer. Un hijo de Dios y discípulo de Cristo, no puede rechazar la gracia y la fe que le fue otorgada por Dios (Efesios 2:8).
¡Nadie nos arrebatará de las manos del Padre y de las manos de nuestro Señor Jesús Cristo!
Por consiguiente, este texto de Hebreos 6:4-6, hay que contemplarlo y entenderlo en el marco de su contexto. Este texto, no va dirigido a personas regeneradas, sino, justamente a personas que profesaban ser cristianos pero que en verdad no lo eran. La carta a los hebreos y como su propio nombre indica, fue dirigida, a aquellos judeo-cristianos del primer siglo, que necesitaban ser estimulados para continuar en la verdad, toda vez, muchos de ellos, estaban retornando al judaísmo.
¡Retornaron porque nunca fueron cristianos!
¡Según los historiadores, a finales de Siglo I, ya casi no había cristianos de adscripción judía!
Estos judeo-cristianos, estuvieron iluminados, pero nunca estuvieron alumbrados (paridos, nacidos de nuevo, regenerados). Gustaron pero no recibieron el don celestial (el resplandor de la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios – Cristo el don inefable de Dios – La Salvación). Participaron del Espíritu Santo que se manifestaba con poder. Gustaron pero no recibieron la buena palabra de Dios. Y gustaron de los poderes del siglo venidero.
¡Iluminado no es igual que alumbrado
y gustar no es igual que recibir!
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HERMANO EN CRISTO: FRANCISCO CLARES BARRANCO
(1ª Juan 2:18-20) “Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros. Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.”
(1ªJuan 4:2-3) “En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesús Cristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesús Cristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.
(2ª Juan 1:7) “Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesús Cristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo.”
Cuando Juan escribe estas cartas ya estaba en acción “el gnosticismo”, que tal vez, fue la herejía más peligrosa a la que tuvo que enfrentarse, y que posteriormente, amenazó a la iglesia primitiva durante los tres primeros siglos.
Concretando: Los gnósticos, creían y enseñaban, que Jesús verdaderamente no fue humano, sino, que sólo lo aparentaba. Esta doctrina herética, trató de destruir la verdad sobre la humanidad de Jesús Cristo (ha venido en carne – Dios manifestado en carne), y por consiguiente, anular la expiación de nuestros pecados, que él ganó para con nosotros, sufriendo y muriendo en carne, en la Cruz del Calvario.
Por esto dice: ¡Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros!
Actualmente, existen “miles” de denominaciones protestante y evangélicas, que en su día salieron de nosotros (de los que conoce el Señor que son suyos). Y salieron, porque no se sujetan a la “sana doctrina”, la doctrina de Cristo; bien porque sus “líderes” quieren propagar sus propias doctrinas, o bien, por seguir algunas doctrinas de la madre de las rameras, Babilonia la Grande.
Ejemplo: Hay iglesias evangélicas (politeístas-paganas), que tienen y adoran a tres Dioses: Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo. Pues bien, estos han salido de nosotros, pero no eran de nosotros, porque de haberlo sido, hubieran conocido, que solamente hay un Dios el Padre y un Señor, Jesús Cristo (1ª Corintios 8:6); e igualmente, hubieran conocido, que hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombre, “Jesús Cristo hombre” (1ª Timoteo 2:5).
¡Estos politeístas-paganos nunca hablan de “Jesús Cristo hombre”, sino de “Dios el Hijo”!
¡”Dios el Hijo” es una frase que no existe en la Biblia, pero ellos la crean!
(1ª Corintios 4:6) “aprendáis a no pensar más de lo que está escrito”
(Hebreos 2:14-17) ”Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham. Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.”
(1ª Timoteo 2:5) “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesús Cristo hombre,”
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Sólamente: “Conoce el Señor a los que son suyos”
Personalmente, ni se me ocurre pronunciarme sobre si éste o aquél que dice ser cristiano, es del Señor. Pero sin señalar a nadie, si que puedo decir, que al lado del cristiano se sienta uno que dice serlo, pero que no lo es. Muchos que dicen ser cristianos, son aquellos, que tienen una “fe intelectual” o una “fe cultural”, que es algo muy distinto, a una “fe salvadora y verdadera”. Son aquellos, que dicen ser cristianos, pero en realidad no lo son. Son personas profesantes, que confiesan haber recibido a Cristo como su Salvador, pero, que no se refleja en sus vidas (salvo en apariencia).
(2ª Timoteo 3: 5) "que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella."
Tienen un pie en la asamblea o iglesia y el otro en el mundo. De labios para afuera, dicen, que son del Señor, pero con sus obras muestran, que Cristo no está en ellos. Intelectualmente, conocen la palabra de Dios, y en muchos casos, están verdaderamente involucrados en la obra del Señor, sin embargo, no son del Señor.
(Mateo 7: 23) "Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad."
Este tipo de personas, actualmente, abundan muchísimo en las asambleas o iglesias cristianas. Tienen una “fe intelectual”, y creen en Jesús Cristo del modo más admirable. Pero al final, creen en él, como pueden creer en los Reyes Católicos, Napoleón, Noé o cualquier otro personaje.
Por otro lado, están “algunos hijos de cristianos”, que en muchísimos casos, abandonan la asamblea o iglesia, porque su fe es una “fe cultural”. En realidad, ellos, nunca accedieron a la fe y al Evangelio por propia decisión, sino, que lo hicieron como una herencia cultural y familiar. Otros, no abandonan la asamblea o iglesia, pero su fe sigue siendo una “fe cultural”. Por ello, soy muy partidario, de que la predicación de la Palabra, siempre esté centrada en la figura de nuestro Señor Jesús Cristo, para que de este modo, se pueda tornar la “fe intelectual” o la “fe cultural” en una “fe salvadora y verdadera”.
(Hebreos 6:4-6) “Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.”
Los enemigos de la palabra de Dios, usan estos versículos para desacreditarla, argumentando, que son contradictorios con otros versículos de la Biblia, que nos aseguran, que nunca un hijo de Dios puede recaer. Un hijo de Dios y discípulo de Cristo, no puede rechazar la gracia y la fe que le fue otorgada por Dios (Efesios 2:8).
¡Nadie nos arrebatará de las manos del Padre y de las manos de nuestro Señor Jesús Cristo!
Por consiguiente, este texto de Hebreos 6:4-6, hay que contemplarlo y entenderlo en el marco de su contexto. Este texto, no va dirigido a personas regeneradas, sino, justamente a personas que profesaban ser cristianos pero que en verdad no lo eran. La carta a los hebreos y como su propio nombre indica, fue dirigida, a aquellos judeo-cristianos del primer siglo, que necesitaban ser estimulados para continuar en la verdad, toda vez, muchos de ellos, estaban retornando al judaísmo.
¡Retornaron porque nunca fueron cristianos!
¡Según los historiadores, a finales de Siglo I, ya casi no había cristianos de adscripción judía!
Estos judeo-cristianos, estuvieron iluminados, pero nunca estuvieron alumbrados (paridos, nacidos de nuevo, regenerados). Gustaron pero no recibieron el don celestial (el resplandor de la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios – Cristo el don inefable de Dios – La Salvación). Participaron del Espíritu Santo que se manifestaba con poder. Gustaron pero no recibieron la buena palabra de Dios. Y gustaron de los poderes del siglo venidero.
¡Iluminado no es igual que alumbrado
y gustar no es igual que recibir!
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HERMANO EN CRISTO: FRANCISCO CLARES BARRANCO
martes, 9 de octubre de 2018
¿ QUÉ DICE LA BÍBLIA SOBRE EL AYUNO ??
¿QUÉ DICE LA BIBLIA SOBRE EL AYUNO?
Por lo que he visto, oído y leído, muchas iglesias evangélicas de hoy en día, practican el ayuno colectivo o comunitario, lo cual es una práctica común en la Iglesia Católica-Romana.
(1ª Reyes 21:9 y 12) “Y las cartas que escribió decían así: Proclamad ayuno, y poned a Nabot delante del pueblo;”
“Y promulgaron ayuno, y pusieron a Nabot delante del pueblo.”
(El contexto de estos versículos es el del rey malvado Acab
y la perversa Jezabel)
(2ª Crónicas 20:3) “Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá.”
(Los moabitas y amonitas vinieron contra Josafat a la guerra)
(Esdras 8:21) “Y publiqué ayuno allí junto al río Ahava, para afligirnos delante de nuestro Dios, para solicitar de él camino derecho para nosotros, y para nuestros niños, y para todos nuestros bienes.”
(También podremos ver ejemplos parecidos, en Nehemías 9:1
y en Esther 4:3)
Quiero suponer, que al igual que ocurrió en estos ejemplos del Antiguo Testamento donde reyes y sacerdotes publicaron o promulgaron ayuno colectivo o comunitario; igualmente y en este tiempo, lo están haciendo los llamados “líderes” de muchas iglesias evangélicas.
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(Lucas 18:9-14) “A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.”
La actitud del fariseo, puede ser parecida a la de algunos que “ayunan”. Alguno, puede pensar, que el sacrificio corporal del ayuno, es una obra por la cual ganar “puntos” delante de Dios. Pero, en el texto, vemos clarísimamente, que Dios, no busca “obras” de confianza personal o autocomplacientes, sino, que busca un corazón humillado, que reconoce su situación espiritual y la absoluta dependencia a Él, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
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El ayuno en la Biblia:
En el Antiguo Testamento tenemos numerosos ejemplos de ayunos tanto a nivel personal como a nivel colectivo o comunitario. ¡Se puede escribir hasta un libro!
Los fariseos, sus seguidores y los discípulos de Juan el Bautista acostumbraban a ayunar “muchas veces” como parte de su vida religiosa (Marcos 2:18) También sabemos, que Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo y ayunó cuarenta días y cuarenta noches (Mateo 4:1-2)
¡Jesús fue llevado por el Espíritu y entiendo que ayunó
en Espíritu!
La razón principal del ayuno, es “humillación” y “arrepentimiento” (1ª Samuel 7:6; 2ª Samuel 2:16, 22: Esther 4:16; Joel 2:12-15); y otra razón para el ayuno, era señal de “luto” (Jueces 20:26; 1ª Samuel 31:3; 2ª Samuel 1:12; Esther 4:3).
Jesús no abolió “el ayuno”, pero tampoco “lo ordenó”, tan solo, dio instrucciones de como hacerlo, para que fuere aceptado por Dios.
¡Misericordia quiero, y no sacrificios!
(Oseas 6:6; Mateo 9:13; Mateo 12:7)
(Mateo 6:16-18) “Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”
Primeramente, no se debe hacer “hipócritamente”. El ayuno, es algo personal (no colectivo o comunitario) entre el que ayuna y Dios (en secreto). No se debe mostrar a los hombres que se está ayunando.
(Mateo 17:21) “Pero este género no sale sino con oración y ayuno.”
(Este versículo no existe en los manuscritos. Es un añadido.)
(Marcos 9:29) “Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno.”
(En los manuscritos no existe: “y ayuno”. Es un añadido.)
Dios, reprochó al pueblo de Israel sus ayunos, porque estos no iban acompañados de la humildad y la buena disposición del corazón necesaria para que Dios se agrade de ello:
(Isaías 58:1-5 “El verdadero ayuno”) “Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado. Que me buscan cada día, y quieren saber mis caminos, como gente que hubiese hecho justicia, y que no hubiese dejado la ley de su Dios; me piden justos juicios, y quieren acercarse a Dios. ¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores. He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto. ¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a Jehová?
El ayuno que Dios escogió para el pueblo de Israel no era una obra externa, sino una obra interna, nacida de un corazón verdaderamente humillado, que reconoce a Dios en todos sus caminos , que teme a Dios, le obedece y ama a su prójimo.
(Isaías 58:6-12 “El ayuno que Dios escogió”) “¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?
Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia. Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad; y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía. Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan. Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar.”
Creo, que en estos versículos anteriores, se describe con bastante claridad, cuál es el verdadero propósito y en qué consiste el ayuno; y también, que el ayuno es totalmente voluntario y personal.
La palabra de Dios nos insta a “orar sin cesar”, haciéndolo cada día, de mañana, tarde, noche y hasta durmiendo; pero, no se nos dice lo mismo del ayuno.
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¿Ascetismo Cristiano?
Ascetismo (DLE).- Ejercicio y práctica de un estilo de vida austero y de renuncia a placeres materiales con el fin de adquirir unos hábitos que conduzcan a la perfección moral y espiritual. Doctrina que propone alcanzar la perfección moral y espiritual mediante este estilo de vida.
Muchas personas ayunan días, meses y semanas tratando de conseguir una vida mas pura y mas cercana a Dios, pensando, que de esta manera pueden provocar que Dios conteste sus peticiones, venciendo al pecado y a las tentaciones de la carne.
(Colosenses 2:20-23) “Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.”
El Apóstol Pablo, nos deja claro, que tales prácticas ascéticas aunque parecen tener cierta reputación entre los hombres, no son nada más que duro trato al cuerpo, lo cual no sirve de nada para mejorar la vida espiritual de las personas y apagar los apetitos de la carne.
En la Biblia, no existe una "doctrina de ayunos", donde las personas estén obligadas (por otros o por ellos mismos) a ayunar cierta cantidad de tiempo.
¡Cuidado con esto, porque podemos caer en la religiosidad!
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Ayuno en el Nuevo Testamento:
(Hechos 13:1-3) “Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo. Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.”
El Espíritu al igual que llevó al desierto a Jesús, en esta ocasión también guió y dijo que apartaran a Bernabé y a Pablo para la obra del ministerio.
(Hechos 14:21-23) “Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios. Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.”
¡Pablo practicó el ayuno en su ministerio!
(2ª Corintios 11:27) “...en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez;”
Aquí vemos como el propio Pablo comenta sobre sus prácticas de ayunos, defendiendo su ministerio ante los Corintios, una iglesia que él mismo había levantado y que ahora algunos farsantes cuestionaban su legitimidad y autoridad.
Entiendo, que el ayuno cuando es llevado de la manera que a Dios le agrada, no para acumular “puntos” o para mostrar a otros nuestra “espiritualidad”, sino, como forma de humillación legitima y sincera, para demostrar el verdadero sentimiento del corazón contrito que busca a Dios, es una parte importante del culto a Dios y la vida cristiana.
¡Nuestro mandamiento es “orad sin cesar”,
pero nunca se nos da mandamiento de ayunar!
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¿Debe la Iglesia ayunar?
(Mateo 9:14-17) “Entonces vinieron a él los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan? Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; porque tal remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura. Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conservan juntamente.”
Jesús quería que ellos entendieran, que el ayuno implica “luto” y “tristeza”. Los que están de fiesta no pueden al mismo tiempo estar ayunando. Él les dice, que cuando el esposo está con ellos (están de bodas) y no hay necesidad de ayunar, pero cuando el esposo “les sea quitado”, refiriéndose a la muerte de Cristo en la cruz, entonces ayunaran por tristeza.
¡Tengamos presente, que aquí el Señor, está hablando a los discípulos de Juan y no a la Iglesia!
¡La iglesia surge a partir de Pentecostés!
(Zacarías 8:18-20) “Vino a mí palabra de Jehová de los ejércitos, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: El ayuno del cuarto mes, el ayuno del quinto, el ayuno del séptimo, y el ayuno del décimo, se convertirán para la casa de Judá en gozo y alegría, y en festivas solemnidades. Amad, pues, la verdad y la paz. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Aún vendrán pueblos, y habitantes de muchas ciudades;”
Los Judíos, habían establecido ciertos ayunos, que recordaban tiempos tristes en la historia de la nación, cuando habían sido llevados cautivos a Babilonia. Mientras estaban en el cautiverio, ellos habían establecido ayunos en el mes quinto, séptimo y décimo. Una vez de vuelta a la tierra, continuaron esta práctica y queriendo saber si debían o no seguirla enviaron a preguntar al templo. La respuesta, no fue, “sigan”, ni tampoco “paren”, sino que Dios prometió por medio de Zacarías, que Él convertiría esos “ayunos” (luto) en alegría y en festividades solemnes. ¡Ya no habría más ayunos!
En la respuesta dada por Jesús, se dice, que el que está de fiesta no está de luto. La iglesia no está ausente del esposo. Cristo, nos dejó la promesa: “donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”; y también nos dijo: “he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. La iglesia Cristiana está permanentemente de fiesta (de bodas), y por consiguiente, no está de luto.
Dios: ¡Ha cambiado nuestro lamento en baile (Salmo 30:11)!
Nosotros, no estamos de luto ni en tristeza, sino todo lo contrario. Nuestra vida, es o debe ser, una vida de regocijo y de celebración continua, por todo cuanto hemos recibido y por todo cuanto esperamos en el Señor. (Filipenses 4:4) “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!”
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Conclusión:
Los judíos, que eran personas de marcado carácter religioso, elaboraron un sistema de doctrinas de hombres, entre las cuales se encuentra la “doctrina de ayunos”. Posteriormente, Babilonia la grande, la madre de las rameras, copió del Antiguo Testamento toda la religión que pudo, de tal modo, que hoy en día, “el ayuno”, es una de sus características religiosas mas notables. Y actualmente, muchas de las hijas de la madre de las rameras, incorporan en su vida religiosa “el ayuno”, tanto a nivel personal como a nivel congregacional.
El Señor Jesús, fue llevado por el Espíritu al desierto, donde ayunó cuarenta días y cuarenta noches. Y por cuanto fue llevado por el Espíritu, quiero entender, que también ayunó en Espíritu.
El Señor Jesús, no abolió “el ayuno”, pero como dije anteriormente, tampoco lo ordenó y ni siquiera lo recomendó, sino que diría, que hasta justamente hizo todo lo contrario. Cuando el Señor Jesús, dijo: “misericordia quiero y no sacrificios”, está diciendo palabras, que se corresponden con el contexto de Isaías 58.
En los Hechos de los apóstoles, vemos, que cuando eligieron a Pablo y Bernabé, fueron guiados por el Espíritu Santo y es de suponer, que también ayunaron en Espíritu esperando su dirección.
El apóstol Pablo, tras haber sido apedreado, volvió a las ciudades de Listra, Iconio y Antioquía; y es de suponer, que al igual que en Corinto, el apóstol, seguramente se encontraba con mucha debilidad, temor y temblor, y con oración y ayuno clamó a Dios.
Estoy absolutamente convencido, que pudieran producirse circunstancias muy especiales en nuestra vida, las cuales nos muevan en espíritu y en verdad a la oración y ayuno.
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Por lo que he visto, oído y leído, muchas iglesias evangélicas de hoy en día, practican el ayuno colectivo o comunitario, lo cual es una práctica común en la Iglesia Católica-Romana.
(1ª Reyes 21:9 y 12) “Y las cartas que escribió decían así: Proclamad ayuno, y poned a Nabot delante del pueblo;”
“Y promulgaron ayuno, y pusieron a Nabot delante del pueblo.”
(El contexto de estos versículos es el del rey malvado Acab
y la perversa Jezabel)
(2ª Crónicas 20:3) “Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá.”
(Los moabitas y amonitas vinieron contra Josafat a la guerra)
(Esdras 8:21) “Y publiqué ayuno allí junto al río Ahava, para afligirnos delante de nuestro Dios, para solicitar de él camino derecho para nosotros, y para nuestros niños, y para todos nuestros bienes.”
(También podremos ver ejemplos parecidos, en Nehemías 9:1
y en Esther 4:3)
Quiero suponer, que al igual que ocurrió en estos ejemplos del Antiguo Testamento donde reyes y sacerdotes publicaron o promulgaron ayuno colectivo o comunitario; igualmente y en este tiempo, lo están haciendo los llamados “líderes” de muchas iglesias evangélicas.
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(Lucas 18:9-14) “A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.”
La actitud del fariseo, puede ser parecida a la de algunos que “ayunan”. Alguno, puede pensar, que el sacrificio corporal del ayuno, es una obra por la cual ganar “puntos” delante de Dios. Pero, en el texto, vemos clarísimamente, que Dios, no busca “obras” de confianza personal o autocomplacientes, sino, que busca un corazón humillado, que reconoce su situación espiritual y la absoluta dependencia a Él, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
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El ayuno en la Biblia:
En el Antiguo Testamento tenemos numerosos ejemplos de ayunos tanto a nivel personal como a nivel colectivo o comunitario. ¡Se puede escribir hasta un libro!
Los fariseos, sus seguidores y los discípulos de Juan el Bautista acostumbraban a ayunar “muchas veces” como parte de su vida religiosa (Marcos 2:18) También sabemos, que Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo y ayunó cuarenta días y cuarenta noches (Mateo 4:1-2)
¡Jesús fue llevado por el Espíritu y entiendo que ayunó
en Espíritu!
La razón principal del ayuno, es “humillación” y “arrepentimiento” (1ª Samuel 7:6; 2ª Samuel 2:16, 22: Esther 4:16; Joel 2:12-15); y otra razón para el ayuno, era señal de “luto” (Jueces 20:26; 1ª Samuel 31:3; 2ª Samuel 1:12; Esther 4:3).
Jesús no abolió “el ayuno”, pero tampoco “lo ordenó”, tan solo, dio instrucciones de como hacerlo, para que fuere aceptado por Dios.
¡Misericordia quiero, y no sacrificios!
(Oseas 6:6; Mateo 9:13; Mateo 12:7)
(Mateo 6:16-18) “Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”
Primeramente, no se debe hacer “hipócritamente”. El ayuno, es algo personal (no colectivo o comunitario) entre el que ayuna y Dios (en secreto). No se debe mostrar a los hombres que se está ayunando.
(Mateo 17:21) “Pero este género no sale sino con oración y ayuno.”
(Este versículo no existe en los manuscritos. Es un añadido.)
(Marcos 9:29) “Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno.”
(En los manuscritos no existe: “y ayuno”. Es un añadido.)
Dios, reprochó al pueblo de Israel sus ayunos, porque estos no iban acompañados de la humildad y la buena disposición del corazón necesaria para que Dios se agrade de ello:
(Isaías 58:1-5 “El verdadero ayuno”) “Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado. Que me buscan cada día, y quieren saber mis caminos, como gente que hubiese hecho justicia, y que no hubiese dejado la ley de su Dios; me piden justos juicios, y quieren acercarse a Dios. ¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores. He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto. ¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a Jehová?
El ayuno que Dios escogió para el pueblo de Israel no era una obra externa, sino una obra interna, nacida de un corazón verdaderamente humillado, que reconoce a Dios en todos sus caminos , que teme a Dios, le obedece y ama a su prójimo.
(Isaías 58:6-12 “El ayuno que Dios escogió”) “¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?
Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia. Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad; y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía. Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan. Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar.”
Creo, que en estos versículos anteriores, se describe con bastante claridad, cuál es el verdadero propósito y en qué consiste el ayuno; y también, que el ayuno es totalmente voluntario y personal.
La palabra de Dios nos insta a “orar sin cesar”, haciéndolo cada día, de mañana, tarde, noche y hasta durmiendo; pero, no se nos dice lo mismo del ayuno.
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¿Ascetismo Cristiano?
Ascetismo (DLE).- Ejercicio y práctica de un estilo de vida austero y de renuncia a placeres materiales con el fin de adquirir unos hábitos que conduzcan a la perfección moral y espiritual. Doctrina que propone alcanzar la perfección moral y espiritual mediante este estilo de vida.
Muchas personas ayunan días, meses y semanas tratando de conseguir una vida mas pura y mas cercana a Dios, pensando, que de esta manera pueden provocar que Dios conteste sus peticiones, venciendo al pecado y a las tentaciones de la carne.
(Colosenses 2:20-23) “Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.”
El Apóstol Pablo, nos deja claro, que tales prácticas ascéticas aunque parecen tener cierta reputación entre los hombres, no son nada más que duro trato al cuerpo, lo cual no sirve de nada para mejorar la vida espiritual de las personas y apagar los apetitos de la carne.
En la Biblia, no existe una "doctrina de ayunos", donde las personas estén obligadas (por otros o por ellos mismos) a ayunar cierta cantidad de tiempo.
¡Cuidado con esto, porque podemos caer en la religiosidad!
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Ayuno en el Nuevo Testamento:
(Hechos 13:1-3) “Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo. Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.”
El Espíritu al igual que llevó al desierto a Jesús, en esta ocasión también guió y dijo que apartaran a Bernabé y a Pablo para la obra del ministerio.
(Hechos 14:21-23) “Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios. Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.”
¡Pablo practicó el ayuno en su ministerio!
(2ª Corintios 11:27) “...en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez;”
Aquí vemos como el propio Pablo comenta sobre sus prácticas de ayunos, defendiendo su ministerio ante los Corintios, una iglesia que él mismo había levantado y que ahora algunos farsantes cuestionaban su legitimidad y autoridad.
Entiendo, que el ayuno cuando es llevado de la manera que a Dios le agrada, no para acumular “puntos” o para mostrar a otros nuestra “espiritualidad”, sino, como forma de humillación legitima y sincera, para demostrar el verdadero sentimiento del corazón contrito que busca a Dios, es una parte importante del culto a Dios y la vida cristiana.
¡Nuestro mandamiento es “orad sin cesar”,
pero nunca se nos da mandamiento de ayunar!
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¿Debe la Iglesia ayunar?
(Mateo 9:14-17) “Entonces vinieron a él los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan? Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; porque tal remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura. Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conservan juntamente.”
Jesús quería que ellos entendieran, que el ayuno implica “luto” y “tristeza”. Los que están de fiesta no pueden al mismo tiempo estar ayunando. Él les dice, que cuando el esposo está con ellos (están de bodas) y no hay necesidad de ayunar, pero cuando el esposo “les sea quitado”, refiriéndose a la muerte de Cristo en la cruz, entonces ayunaran por tristeza.
¡Tengamos presente, que aquí el Señor, está hablando a los discípulos de Juan y no a la Iglesia!
¡La iglesia surge a partir de Pentecostés!
(Zacarías 8:18-20) “Vino a mí palabra de Jehová de los ejércitos, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: El ayuno del cuarto mes, el ayuno del quinto, el ayuno del séptimo, y el ayuno del décimo, se convertirán para la casa de Judá en gozo y alegría, y en festivas solemnidades. Amad, pues, la verdad y la paz. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Aún vendrán pueblos, y habitantes de muchas ciudades;”
Los Judíos, habían establecido ciertos ayunos, que recordaban tiempos tristes en la historia de la nación, cuando habían sido llevados cautivos a Babilonia. Mientras estaban en el cautiverio, ellos habían establecido ayunos en el mes quinto, séptimo y décimo. Una vez de vuelta a la tierra, continuaron esta práctica y queriendo saber si debían o no seguirla enviaron a preguntar al templo. La respuesta, no fue, “sigan”, ni tampoco “paren”, sino que Dios prometió por medio de Zacarías, que Él convertiría esos “ayunos” (luto) en alegría y en festividades solemnes. ¡Ya no habría más ayunos!
En la respuesta dada por Jesús, se dice, que el que está de fiesta no está de luto. La iglesia no está ausente del esposo. Cristo, nos dejó la promesa: “donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”; y también nos dijo: “he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. La iglesia Cristiana está permanentemente de fiesta (de bodas), y por consiguiente, no está de luto.
Dios: ¡Ha cambiado nuestro lamento en baile (Salmo 30:11)!
Nosotros, no estamos de luto ni en tristeza, sino todo lo contrario. Nuestra vida, es o debe ser, una vida de regocijo y de celebración continua, por todo cuanto hemos recibido y por todo cuanto esperamos en el Señor. (Filipenses 4:4) “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!”
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Conclusión:
Los judíos, que eran personas de marcado carácter religioso, elaboraron un sistema de doctrinas de hombres, entre las cuales se encuentra la “doctrina de ayunos”. Posteriormente, Babilonia la grande, la madre de las rameras, copió del Antiguo Testamento toda la religión que pudo, de tal modo, que hoy en día, “el ayuno”, es una de sus características religiosas mas notables. Y actualmente, muchas de las hijas de la madre de las rameras, incorporan en su vida religiosa “el ayuno”, tanto a nivel personal como a nivel congregacional.
El Señor Jesús, fue llevado por el Espíritu al desierto, donde ayunó cuarenta días y cuarenta noches. Y por cuanto fue llevado por el Espíritu, quiero entender, que también ayunó en Espíritu.
El Señor Jesús, no abolió “el ayuno”, pero como dije anteriormente, tampoco lo ordenó y ni siquiera lo recomendó, sino que diría, que hasta justamente hizo todo lo contrario. Cuando el Señor Jesús, dijo: “misericordia quiero y no sacrificios”, está diciendo palabras, que se corresponden con el contexto de Isaías 58.
En los Hechos de los apóstoles, vemos, que cuando eligieron a Pablo y Bernabé, fueron guiados por el Espíritu Santo y es de suponer, que también ayunaron en Espíritu esperando su dirección.
El apóstol Pablo, tras haber sido apedreado, volvió a las ciudades de Listra, Iconio y Antioquía; y es de suponer, que al igual que en Corinto, el apóstol, seguramente se encontraba con mucha debilidad, temor y temblor, y con oración y ayuno clamó a Dios.
Estoy absolutamente convencido, que pudieran producirse circunstancias muy especiales en nuestra vida, las cuales nos muevan en espíritu y en verdad a la oración y ayuno.
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viernes, 5 de octubre de 2018
domingo, 30 de septiembre de 2018
jueves, 27 de septiembre de 2018
lunes, 24 de septiembre de 2018
COMUNIDAD DE FE BÍBLICA: AMAR PARA SERVIR
COMUNIDAD DE FE BÍBLICA: AMAR PARA SERVIR: Francisco Clares Barranco AMAR PARA SERVIR 1ª Corintios 13:1-13 ----------ooOoo---------- El amor es sufrido: Ponga...
SOBRE PASTORES NO ASALARIADOS
LA IGLESIA DE DIOS NO TIENE PASTORES ASALARIADOS EN LA TIERRA(AUTOR: Francisco Clares Barranco)
El gobierno de la asamblea o iglesia local El tiempo en que las asambleas o iglesias, no sufrirán “la sana doctrina” ya ha llegado. ¡Ya estamos, en este tiempo! Hoy y con carácter general, ya no se predica “la sana doctrina”; y no se predica, porque se han amontonado muchos maestros y predicadores, que ni siquiera la conocen o la tergiversan. Predican habitualmente, lo que les gusta oír a la generalidad de los creyentes, y en la medida que pueden, consumen medio mensaje con historias personales, chistes, gracejos y otras ocurrencias. También, se caracterizan, porque han aprendido a pensar más de lo que está escrito, trayendo a la asamblea o iglesia, conceptos, frases, palabras e ideas que no tienen ningún respaldo en la palabra de Dios, pero que al repetirse de continuo, terminan convirtiéndose en verdadero lo que realmente es falso. Ejemplo: “Federación”, “Institución”, “Asociación”, “Organización”, “El pastor”, “El responsable”, “El líder”, “Seminarios”, etc. La pregunta, es: ¿Por qué? La propia palabra de Dios, nos da la respuesta, diciéndonos, que este amontonamiento de maestros, actúan, conforme a sus propias concupiscencias; o lo que es lo mismo, conforme a sus propios deseos desordenados, como pudieran ser: la meta de alcanzar el púlpito para vanagloria; o la meta de alcanzar el púlpito para vivir del evangelio; o ambas. ¿Qué es la Iglesia? He oído decir, por algunos de estos predicadores y con rotundidad: ¡La iglesia es una Institución! ¿Dónde está escrito? ¿Piensan estos maestros y predicadores, que la iglesia del Señor es de orden terrenal? ¿No saben, que la iglesia está conformada por el pueblo de Dios celestial? (Filipenses 3:20) (Efesios 5:23) "... Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, …" (Colosenses 1:18) "... y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, ...” (Colosenses 1:24) "... las aflicciones de Cristo por su cuerpo, 323 que es la iglesia;" De modo claro y contundente, hay que decir: ¡La Iglesia, es el cuerpo de Cristo! ¡Esto es lo que enseña la palabra de Dios, y no sé, en que puede parecerse, el cuerpo de Cristo con una Institución! La palabra de Dios, también dice: La iglesia, está desposada con Cristo nuestro Señor, es una novia comprometida, que ha de mantenerse virgen y sin mancha alguna (2ª Corintios 11:2), la iglesia, es el templo del Dios viviente (2ª Corintios 6:16), y la iglesia, es columna y baluarte de la verdad (1ª Timoteo 3:15) Decir, que la Iglesia es una Institución, es pensar más de lo que está escrito; o es, no tener ni idea. Una Institución, es una organización pública o privada, fundada, para desempeñar una labor cultural, científica, política o social. Sólamente y que yo sepa, hay una Institución de carácter religioso-social y a nivel universal, que es, la Iglesia Católica-Apostólica-Romana, ¡La Iglesia no es una Institución, sino el cuerpo de Cristo! Creo, que está claro, que la asamblea o iglesia no es una Organización (Institución); pero si que es un organismo, “un cuerpo”. Las iglesias locales son autónomas y obedeciendo únicamente a quién Dios ha dado todo el poder y la autoridad; es decir, a Cristo, cabeza de la Iglesia. ¡El gobierno es TEOCRÁTICO ---> Es el gobierno de Dios! Me causa tristeza tener que decirlo, pero muchas asambleas o iglesias modernas, han desechado el gobierno de Dios, suplantándolo, por un sistema democrático de elección, un sistema de mayorías; y donde los hermanos espirituales, tristemente “son una minoría”. Muchas asambleas o iglesias evangélica, están siendo gobernadas por seguidores de dos corrientes filosóficas, que están pervirtiendo el orden y la enseñanza apostólica, tales como: El humanismo, el cual, pone el foco o la importancia en el hombre, en sus talentos y en sus capacidades; y la posmodernidad, que antepone las experiencias personales sobre la razón, la subjetividad sobre la objetividad, los derechos sobre las obligaciones y la verdad relativa sobre la verdad absoluta de la palabra de Dios, discernida en la guía y dirección del Espíritu Santo. 324 ¡Por favor: lean 2ª Timoteo 4:1-5! El permitir, que estas corrientes filosóficas y huecas sutilezas, se introduzcan en las asambleas o iglesias, es andar según las tradiciones de los hombres y conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo (Colosenses 2:8). ----------ooOoo---------- ¿Quién es el pastor de la asamblea o iglesia local? Esta frase, “El Pastor”, es tan conocida en el mundo, que cualquier persona, que visite una iglesia evangélica, lo más probable, es, que lo primero que pregunte, sea: ¿Quién es el Pastor? Y lo preguntan, porque lo oyen, y lo ven en la televisión. ¡Parece ser, que iglesia evangélica ---> (implica) “El Pastor”! Si me preguntaran a mi, que gracias a Dios, he aprendido a no pensar más de lo que está escrito, les daría una respuesta, que seguramente les dejaría perplejos y sin entender nada. Les diría, que Dios es mi pastor (“el gran pastor de las ovejas”), y que Él, ha dado a la Iglesia, a Jesús, “el buen pastor” y “príncipe de los pastores”. El Señor, dijo: “Yo soy el buen pastor” Es decir, que es el único buen pastor. Si es el único buen pastor, quiere decir, que todos aquellos, que se autocalifique como “El Pastor”, deberían poner por delante, la palabra “regular o malo”. ¡Lo bíblico sería, que no ostentaran este título! (Juan 10:11-14) “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.” Cuando leo estos versículos, no puedo menos que preguntarme: ¿Cómo es posible que mis hermanos no se den cuenta del significado de estos versículos? ¿Cómo no se dan cuenta que llamar a alguien en la tierra con el 325 título de “El Pastor”, es contrario a la palabra de Dios? Llevo muchísimos años en el Señor y por consiguiente, he conocido a muchísimos, que han ostentado el título, de: “El Pastor”. Todos los que he conocido, eran asalariados (viviendo del evangelio), y que tal y como dice la Palabra, ninguno de ellos, es “El Pastor”, en tanto y en cuanto que las ovejas no le son propias, y no las conocen. ¡Sólamente, conoce el Señor a los que son suyos (2ª Timoteo 2:19)! ¡Por palabras de nuestros Señor, y refiriéndose a nosotros, dice, que oiremos su voz; y habrá un rebaño, y un pastor! (Apocalipsis 2:6 – Efeso) “Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.” (Apocalipsis 2:15 – Pérgamo) “Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco.” ¿Quiénes eran y son los nicolaítas y sus obras? Algunos dicen, que los “nicolaítas” eran una secta gnóstica; y otros, que era una secta primitiva, que combinaban la idolatría con practicas inmorales. ¡O sea, que no dicen nada! La palabra “nicolaíta”, proviene de dos raíces griegas: NICO, que significa dominio o conquista sobre otros y LAOS, que significa pueblo, gente común, laicos. ¡NICOLAOS = DOMINIO SOBRE EL PUEBLO! La obra y doctrina de los nicolaítas, consistió en jerarquizar a la iglesia, destruyendo el armazón horizontal, por el cual el Señor Jesús Cristo nos hizo para nuestro Dios, reyes y sacerdotes (Apocalipsis 1:6 y 5:10), y levantar uno piramidal. ¡Esta es la obra y doctrina que tanto aborrece el Señor! Estos nicolaítas y de espaldas a la palabra de Dios, convirtieron a la Iglesia (el cuerpo de Cristo), en una “Institución Jerarquizada”. La Iglesia Católica-Romana, desechando el gobierno de Dios, lo ha sustituido, creando una jerarquía de sacerdotes, por encima y sobre los laicos. ¡Pero ojo! Porque hoy en día y dentro de muchas iglesias protestante y evangélicas, también han desechado el gobierno de Dios, sustituyéndolo por una jerarquía de ministerios y de 326 respectivos ministros: apóstoles/las, pastores/ras, etc. Estos nicolaítas y donde tienen influencia, actúan, desechando el gobierno de Dios, destruyendo e imposibilitando el que las iglesias se constituyan apostólicamente: ancianos, obispos (no uno, sino varios). Aquél nicolaíta, que dice ser “El Apóstol”, se considera por encima y en un rango superior, al que dice ser “El Pastor”. Del mismo modo, “El Pastor”, se considera en un rango superior al de los “ancianos, obispos y diáconos”. Características comunes de estos nicolaítas: 1. Han desechado el gobierno de Dios en la Iglesia, por el gobierno de ellos. 2. Tienen su propia línea de doctrina, al margen y sin tener en cuenta la palabra de Dios. 3. Convierten a las asambleas o iglesias, en hijas de la madre de las rameras, enseñando sus doctrinas: Credo Niceno y Credo de San Atanasio (Misterio de la Santísima Trinidad), preceptos colectivos de duro trato del cuerpo (ayunos, vigilias, etc), festividades (Navidad y Semana Santa). En definitiva, todo aquello, que propicie la obra perfecta de Satanás (el ecumenismo). 4. El evangelio (que ellos predican) es su fuente de ganancias (viven del evangelio). 5. Su palabra preferida es “líder”. ¡ La palabra “siervo” les produce urticaria! 6. Se apoyan en argumentos filosóficos y huecas sutilezas, propias del humanismo cristiano y la posmodernidad; y utilizando palabras suaves y lisonjeras, engañan al corazón de los ingénuos. 7. Intentan y seguirán intentándolo, el sustituir las ofrendas ( para las necesidades de los santos) por el diezmo; y de este modo, y como los nuevos sacerdotes y levitas, vivir espléndidamente. (Romanos 16:17-18) “Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos. Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesús Cristo, sino a sus propios vientres, y con suaves 327 palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos.” (Filipenses 3:18-19) “Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal.” ----------ooOoo----------
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