¿QUÉ DICE LA BIBLIA SOBRE EL AYUNO?
Por lo que he visto, oído y leído, muchas iglesias evangélicas de hoy en día, practican el ayuno colectivo o comunitario, lo cual es una práctica común en la Iglesia Católica-Romana.
(1ª Reyes 21:9 y 12) “Y las cartas que escribió decían así: Proclamad ayuno, y poned a Nabot delante del pueblo;”
“Y promulgaron ayuno, y pusieron a Nabot delante del pueblo.”
(El contexto de estos versículos es el del rey malvado Acab
y la perversa Jezabel)
(2ª Crónicas 20:3) “Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá.”
(Los moabitas y amonitas vinieron contra Josafat a la guerra)
(Esdras 8:21) “Y publiqué ayuno allí junto al río Ahava, para afligirnos delante de nuestro Dios, para solicitar de él camino derecho para nosotros, y para nuestros niños, y para todos nuestros bienes.”
(También podremos ver ejemplos parecidos, en Nehemías 9:1
y en Esther 4:3)
Quiero suponer, que al igual que ocurrió en estos ejemplos del Antiguo Testamento donde reyes y sacerdotes publicaron o promulgaron ayuno colectivo o comunitario; igualmente y en este tiempo, lo están haciendo los llamados “líderes” de muchas iglesias evangélicas.
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(Lucas 18:9-14) “A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.”
La actitud del fariseo, puede ser parecida a la de algunos que “ayunan”. Alguno, puede pensar, que el sacrificio corporal del ayuno, es una obra por la cual ganar “puntos” delante de Dios. Pero, en el texto, vemos clarísimamente, que Dios, no busca “obras” de confianza personal o autocomplacientes, sino, que busca un corazón humillado, que reconoce su situación espiritual y la absoluta dependencia a Él, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
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El ayuno en la Biblia:
En el Antiguo Testamento tenemos numerosos ejemplos de ayunos tanto a nivel personal como a nivel colectivo o comunitario. ¡Se puede escribir hasta un libro!
Los fariseos, sus seguidores y los discípulos de Juan el Bautista acostumbraban a ayunar “muchas veces” como parte de su vida religiosa (Marcos 2:18) También sabemos, que Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo y ayunó cuarenta días y cuarenta noches (Mateo 4:1-2)
¡Jesús fue llevado por el Espíritu y entiendo que ayunó
en Espíritu!
La razón principal del ayuno, es “humillación” y “arrepentimiento” (1ª Samuel 7:6; 2ª Samuel 2:16, 22: Esther 4:16; Joel 2:12-15); y otra razón para el ayuno, era señal de “luto” (Jueces 20:26; 1ª Samuel 31:3; 2ª Samuel 1:12; Esther 4:3).
Jesús no abolió “el ayuno”, pero tampoco “lo ordenó”, tan solo, dio instrucciones de como hacerlo, para que fuere aceptado por Dios.
¡Misericordia quiero, y no sacrificios!
(Oseas 6:6; Mateo 9:13; Mateo 12:7)
(Mateo 6:16-18) “Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”
Primeramente, no se debe hacer “hipócritamente”. El ayuno, es algo personal (no colectivo o comunitario) entre el que ayuna y Dios (en secreto). No se debe mostrar a los hombres que se está ayunando.
(Mateo 17:21) “Pero este género no sale sino con oración y ayuno.”
(Este versículo no existe en los manuscritos. Es un añadido.)
(Marcos 9:29) “Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno.”
(En los manuscritos no existe: “y ayuno”. Es un añadido.)
Dios, reprochó al pueblo de Israel sus ayunos, porque estos no iban acompañados de la humildad y la buena disposición del corazón necesaria para que Dios se agrade de ello:
(Isaías 58:1-5 “El verdadero ayuno”) “Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado. Que me buscan cada día, y quieren saber mis caminos, como gente que hubiese hecho justicia, y que no hubiese dejado la ley de su Dios; me piden justos juicios, y quieren acercarse a Dios. ¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores. He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto. ¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a Jehová?
El ayuno que Dios escogió para el pueblo de Israel no era una obra externa, sino una obra interna, nacida de un corazón verdaderamente humillado, que reconoce a Dios en todos sus caminos , que teme a Dios, le obedece y ama a su prójimo.
(Isaías 58:6-12 “El ayuno que Dios escogió”) “¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?
Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia. Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad; y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía. Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan. Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar.”
Creo, que en estos versículos anteriores, se describe con bastante claridad, cuál es el verdadero propósito y en qué consiste el ayuno; y también, que el ayuno es totalmente voluntario y personal.
La palabra de Dios nos insta a “orar sin cesar”, haciéndolo cada día, de mañana, tarde, noche y hasta durmiendo; pero, no se nos dice lo mismo del ayuno.
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¿Ascetismo Cristiano?
Ascetismo (DLE).- Ejercicio y práctica de un estilo de vida austero y de renuncia a placeres materiales con el fin de adquirir unos hábitos que conduzcan a la perfección moral y espiritual. Doctrina que propone alcanzar la perfección moral y espiritual mediante este estilo de vida.
Muchas personas ayunan días, meses y semanas tratando de conseguir una vida mas pura y mas cercana a Dios, pensando, que de esta manera pueden provocar que Dios conteste sus peticiones, venciendo al pecado y a las tentaciones de la carne.
(Colosenses 2:20-23) “Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.”
El Apóstol Pablo, nos deja claro, que tales prácticas ascéticas aunque parecen tener cierta reputación entre los hombres, no son nada más que duro trato al cuerpo, lo cual no sirve de nada para mejorar la vida espiritual de las personas y apagar los apetitos de la carne.
En la Biblia, no existe una "doctrina de ayunos", donde las personas estén obligadas (por otros o por ellos mismos) a ayunar cierta cantidad de tiempo.
¡Cuidado con esto, porque podemos caer en la religiosidad!
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Ayuno en el Nuevo Testamento:
(Hechos 13:1-3) “Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo. Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.”
El Espíritu al igual que llevó al desierto a Jesús, en esta ocasión también guió y dijo que apartaran a Bernabé y a Pablo para la obra del ministerio.
(Hechos 14:21-23) “Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios. Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.”
¡Pablo practicó el ayuno en su ministerio!
(2ª Corintios 11:27) “...en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez;”
Aquí vemos como el propio Pablo comenta sobre sus prácticas de ayunos, defendiendo su ministerio ante los Corintios, una iglesia que él mismo había levantado y que ahora algunos farsantes cuestionaban su legitimidad y autoridad.
Entiendo, que el ayuno cuando es llevado de la manera que a Dios le agrada, no para acumular “puntos” o para mostrar a otros nuestra “espiritualidad”, sino, como forma de humillación legitima y sincera, para demostrar el verdadero sentimiento del corazón contrito que busca a Dios, es una parte importante del culto a Dios y la vida cristiana.
¡Nuestro mandamiento es “orad sin cesar”,
pero nunca se nos da mandamiento de ayunar!
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¿Debe la Iglesia ayunar?
(Mateo 9:14-17) “Entonces vinieron a él los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan? Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; porque tal remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura. Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conservan juntamente.”
Jesús quería que ellos entendieran, que el ayuno implica “luto” y “tristeza”. Los que están de fiesta no pueden al mismo tiempo estar ayunando. Él les dice, que cuando el esposo está con ellos (están de bodas) y no hay necesidad de ayunar, pero cuando el esposo “les sea quitado”, refiriéndose a la muerte de Cristo en la cruz, entonces ayunaran por tristeza.
¡Tengamos presente, que aquí el Señor, está hablando a los discípulos de Juan y no a la Iglesia!
¡La iglesia surge a partir de Pentecostés!
(Zacarías 8:18-20) “Vino a mí palabra de Jehová de los ejércitos, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: El ayuno del cuarto mes, el ayuno del quinto, el ayuno del séptimo, y el ayuno del décimo, se convertirán para la casa de Judá en gozo y alegría, y en festivas solemnidades. Amad, pues, la verdad y la paz. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Aún vendrán pueblos, y habitantes de muchas ciudades;”
Los Judíos, habían establecido ciertos ayunos, que recordaban tiempos tristes en la historia de la nación, cuando habían sido llevados cautivos a Babilonia. Mientras estaban en el cautiverio, ellos habían establecido ayunos en el mes quinto, séptimo y décimo. Una vez de vuelta a la tierra, continuaron esta práctica y queriendo saber si debían o no seguirla enviaron a preguntar al templo. La respuesta, no fue, “sigan”, ni tampoco “paren”, sino que Dios prometió por medio de Zacarías, que Él convertiría esos “ayunos” (luto) en alegría y en festividades solemnes. ¡Ya no habría más ayunos!
En la respuesta dada por Jesús, se dice, que el que está de fiesta no está de luto. La iglesia no está ausente del esposo. Cristo, nos dejó la promesa: “donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”; y también nos dijo: “he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. La iglesia Cristiana está permanentemente de fiesta (de bodas), y por consiguiente, no está de luto.
Dios: ¡Ha cambiado nuestro lamento en baile (Salmo 30:11)!
Nosotros, no estamos de luto ni en tristeza, sino todo lo contrario. Nuestra vida, es o debe ser, una vida de regocijo y de celebración continua, por todo cuanto hemos recibido y por todo cuanto esperamos en el Señor. (Filipenses 4:4) “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!”
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Conclusión:
Los judíos, que eran personas de marcado carácter religioso, elaboraron un sistema de doctrinas de hombres, entre las cuales se encuentra la “doctrina de ayunos”. Posteriormente, Babilonia la grande, la madre de las rameras, copió del Antiguo Testamento toda la religión que pudo, de tal modo, que hoy en día, “el ayuno”, es una de sus características religiosas mas notables. Y actualmente, muchas de las hijas de la madre de las rameras, incorporan en su vida religiosa “el ayuno”, tanto a nivel personal como a nivel congregacional.
El Señor Jesús, fue llevado por el Espíritu al desierto, donde ayunó cuarenta días y cuarenta noches. Y por cuanto fue llevado por el Espíritu, quiero entender, que también ayunó en Espíritu.
El Señor Jesús, no abolió “el ayuno”, pero como dije anteriormente, tampoco lo ordenó y ni siquiera lo recomendó, sino que diría, que hasta justamente hizo todo lo contrario. Cuando el Señor Jesús, dijo: “misericordia quiero y no sacrificios”, está diciendo palabras, que se corresponden con el contexto de Isaías 58.
En los Hechos de los apóstoles, vemos, que cuando eligieron a Pablo y Bernabé, fueron guiados por el Espíritu Santo y es de suponer, que también ayunaron en Espíritu esperando su dirección.
El apóstol Pablo, tras haber sido apedreado, volvió a las ciudades de Listra, Iconio y Antioquía; y es de suponer, que al igual que en Corinto, el apóstol, seguramente se encontraba con mucha debilidad, temor y temblor, y con oración y ayuno clamó a Dios.
Estoy absolutamente convencido, que pudieran producirse circunstancias muy especiales en nuestra vida, las cuales nos muevan en espíritu y en verdad a la oración y ayuno.
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Por lo que he visto, oído y leído, muchas iglesias evangélicas de hoy en día, practican el ayuno colectivo o comunitario, lo cual es una práctica común en la Iglesia Católica-Romana.
(1ª Reyes 21:9 y 12) “Y las cartas que escribió decían así: Proclamad ayuno, y poned a Nabot delante del pueblo;”
“Y promulgaron ayuno, y pusieron a Nabot delante del pueblo.”
(El contexto de estos versículos es el del rey malvado Acab
y la perversa Jezabel)
(2ª Crónicas 20:3) “Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá.”
(Los moabitas y amonitas vinieron contra Josafat a la guerra)
(Esdras 8:21) “Y publiqué ayuno allí junto al río Ahava, para afligirnos delante de nuestro Dios, para solicitar de él camino derecho para nosotros, y para nuestros niños, y para todos nuestros bienes.”
(También podremos ver ejemplos parecidos, en Nehemías 9:1
y en Esther 4:3)
Quiero suponer, que al igual que ocurrió en estos ejemplos del Antiguo Testamento donde reyes y sacerdotes publicaron o promulgaron ayuno colectivo o comunitario; igualmente y en este tiempo, lo están haciendo los llamados “líderes” de muchas iglesias evangélicas.
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(Lucas 18:9-14) “A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.”
La actitud del fariseo, puede ser parecida a la de algunos que “ayunan”. Alguno, puede pensar, que el sacrificio corporal del ayuno, es una obra por la cual ganar “puntos” delante de Dios. Pero, en el texto, vemos clarísimamente, que Dios, no busca “obras” de confianza personal o autocomplacientes, sino, que busca un corazón humillado, que reconoce su situación espiritual y la absoluta dependencia a Él, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
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El ayuno en la Biblia:
En el Antiguo Testamento tenemos numerosos ejemplos de ayunos tanto a nivel personal como a nivel colectivo o comunitario. ¡Se puede escribir hasta un libro!
Los fariseos, sus seguidores y los discípulos de Juan el Bautista acostumbraban a ayunar “muchas veces” como parte de su vida religiosa (Marcos 2:18) También sabemos, que Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo y ayunó cuarenta días y cuarenta noches (Mateo 4:1-2)
¡Jesús fue llevado por el Espíritu y entiendo que ayunó
en Espíritu!
La razón principal del ayuno, es “humillación” y “arrepentimiento” (1ª Samuel 7:6; 2ª Samuel 2:16, 22: Esther 4:16; Joel 2:12-15); y otra razón para el ayuno, era señal de “luto” (Jueces 20:26; 1ª Samuel 31:3; 2ª Samuel 1:12; Esther 4:3).
Jesús no abolió “el ayuno”, pero tampoco “lo ordenó”, tan solo, dio instrucciones de como hacerlo, para que fuere aceptado por Dios.
¡Misericordia quiero, y no sacrificios!
(Oseas 6:6; Mateo 9:13; Mateo 12:7)
(Mateo 6:16-18) “Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”
Primeramente, no se debe hacer “hipócritamente”. El ayuno, es algo personal (no colectivo o comunitario) entre el que ayuna y Dios (en secreto). No se debe mostrar a los hombres que se está ayunando.
(Mateo 17:21) “Pero este género no sale sino con oración y ayuno.”
(Este versículo no existe en los manuscritos. Es un añadido.)
(Marcos 9:29) “Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno.”
(En los manuscritos no existe: “y ayuno”. Es un añadido.)
Dios, reprochó al pueblo de Israel sus ayunos, porque estos no iban acompañados de la humildad y la buena disposición del corazón necesaria para que Dios se agrade de ello:
(Isaías 58:1-5 “El verdadero ayuno”) “Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado. Que me buscan cada día, y quieren saber mis caminos, como gente que hubiese hecho justicia, y que no hubiese dejado la ley de su Dios; me piden justos juicios, y quieren acercarse a Dios. ¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores. He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto. ¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a Jehová?
El ayuno que Dios escogió para el pueblo de Israel no era una obra externa, sino una obra interna, nacida de un corazón verdaderamente humillado, que reconoce a Dios en todos sus caminos , que teme a Dios, le obedece y ama a su prójimo.
(Isaías 58:6-12 “El ayuno que Dios escogió”) “¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?
Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia. Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad; y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía. Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan. Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar.”
Creo, que en estos versículos anteriores, se describe con bastante claridad, cuál es el verdadero propósito y en qué consiste el ayuno; y también, que el ayuno es totalmente voluntario y personal.
La palabra de Dios nos insta a “orar sin cesar”, haciéndolo cada día, de mañana, tarde, noche y hasta durmiendo; pero, no se nos dice lo mismo del ayuno.
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¿Ascetismo Cristiano?
Ascetismo (DLE).- Ejercicio y práctica de un estilo de vida austero y de renuncia a placeres materiales con el fin de adquirir unos hábitos que conduzcan a la perfección moral y espiritual. Doctrina que propone alcanzar la perfección moral y espiritual mediante este estilo de vida.
Muchas personas ayunan días, meses y semanas tratando de conseguir una vida mas pura y mas cercana a Dios, pensando, que de esta manera pueden provocar que Dios conteste sus peticiones, venciendo al pecado y a las tentaciones de la carne.
(Colosenses 2:20-23) “Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.”
El Apóstol Pablo, nos deja claro, que tales prácticas ascéticas aunque parecen tener cierta reputación entre los hombres, no son nada más que duro trato al cuerpo, lo cual no sirve de nada para mejorar la vida espiritual de las personas y apagar los apetitos de la carne.
En la Biblia, no existe una "doctrina de ayunos", donde las personas estén obligadas (por otros o por ellos mismos) a ayunar cierta cantidad de tiempo.
¡Cuidado con esto, porque podemos caer en la religiosidad!
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Ayuno en el Nuevo Testamento:
(Hechos 13:1-3) “Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo. Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.”
El Espíritu al igual que llevó al desierto a Jesús, en esta ocasión también guió y dijo que apartaran a Bernabé y a Pablo para la obra del ministerio.
(Hechos 14:21-23) “Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios. Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.”
¡Pablo practicó el ayuno en su ministerio!
(2ª Corintios 11:27) “...en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez;”
Aquí vemos como el propio Pablo comenta sobre sus prácticas de ayunos, defendiendo su ministerio ante los Corintios, una iglesia que él mismo había levantado y que ahora algunos farsantes cuestionaban su legitimidad y autoridad.
Entiendo, que el ayuno cuando es llevado de la manera que a Dios le agrada, no para acumular “puntos” o para mostrar a otros nuestra “espiritualidad”, sino, como forma de humillación legitima y sincera, para demostrar el verdadero sentimiento del corazón contrito que busca a Dios, es una parte importante del culto a Dios y la vida cristiana.
¡Nuestro mandamiento es “orad sin cesar”,
pero nunca se nos da mandamiento de ayunar!
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¿Debe la Iglesia ayunar?
(Mateo 9:14-17) “Entonces vinieron a él los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan? Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; porque tal remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura. Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conservan juntamente.”
Jesús quería que ellos entendieran, que el ayuno implica “luto” y “tristeza”. Los que están de fiesta no pueden al mismo tiempo estar ayunando. Él les dice, que cuando el esposo está con ellos (están de bodas) y no hay necesidad de ayunar, pero cuando el esposo “les sea quitado”, refiriéndose a la muerte de Cristo en la cruz, entonces ayunaran por tristeza.
¡Tengamos presente, que aquí el Señor, está hablando a los discípulos de Juan y no a la Iglesia!
¡La iglesia surge a partir de Pentecostés!
(Zacarías 8:18-20) “Vino a mí palabra de Jehová de los ejércitos, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: El ayuno del cuarto mes, el ayuno del quinto, el ayuno del séptimo, y el ayuno del décimo, se convertirán para la casa de Judá en gozo y alegría, y en festivas solemnidades. Amad, pues, la verdad y la paz. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Aún vendrán pueblos, y habitantes de muchas ciudades;”
Los Judíos, habían establecido ciertos ayunos, que recordaban tiempos tristes en la historia de la nación, cuando habían sido llevados cautivos a Babilonia. Mientras estaban en el cautiverio, ellos habían establecido ayunos en el mes quinto, séptimo y décimo. Una vez de vuelta a la tierra, continuaron esta práctica y queriendo saber si debían o no seguirla enviaron a preguntar al templo. La respuesta, no fue, “sigan”, ni tampoco “paren”, sino que Dios prometió por medio de Zacarías, que Él convertiría esos “ayunos” (luto) en alegría y en festividades solemnes. ¡Ya no habría más ayunos!
En la respuesta dada por Jesús, se dice, que el que está de fiesta no está de luto. La iglesia no está ausente del esposo. Cristo, nos dejó la promesa: “donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”; y también nos dijo: “he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. La iglesia Cristiana está permanentemente de fiesta (de bodas), y por consiguiente, no está de luto.
Dios: ¡Ha cambiado nuestro lamento en baile (Salmo 30:11)!
Nosotros, no estamos de luto ni en tristeza, sino todo lo contrario. Nuestra vida, es o debe ser, una vida de regocijo y de celebración continua, por todo cuanto hemos recibido y por todo cuanto esperamos en el Señor. (Filipenses 4:4) “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!”
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Conclusión:
Los judíos, que eran personas de marcado carácter religioso, elaboraron un sistema de doctrinas de hombres, entre las cuales se encuentra la “doctrina de ayunos”. Posteriormente, Babilonia la grande, la madre de las rameras, copió del Antiguo Testamento toda la religión que pudo, de tal modo, que hoy en día, “el ayuno”, es una de sus características religiosas mas notables. Y actualmente, muchas de las hijas de la madre de las rameras, incorporan en su vida religiosa “el ayuno”, tanto a nivel personal como a nivel congregacional.
El Señor Jesús, fue llevado por el Espíritu al desierto, donde ayunó cuarenta días y cuarenta noches. Y por cuanto fue llevado por el Espíritu, quiero entender, que también ayunó en Espíritu.
El Señor Jesús, no abolió “el ayuno”, pero como dije anteriormente, tampoco lo ordenó y ni siquiera lo recomendó, sino que diría, que hasta justamente hizo todo lo contrario. Cuando el Señor Jesús, dijo: “misericordia quiero y no sacrificios”, está diciendo palabras, que se corresponden con el contexto de Isaías 58.
En los Hechos de los apóstoles, vemos, que cuando eligieron a Pablo y Bernabé, fueron guiados por el Espíritu Santo y es de suponer, que también ayunaron en Espíritu esperando su dirección.
El apóstol Pablo, tras haber sido apedreado, volvió a las ciudades de Listra, Iconio y Antioquía; y es de suponer, que al igual que en Corinto, el apóstol, seguramente se encontraba con mucha debilidad, temor y temblor, y con oración y ayuno clamó a Dios.
Estoy absolutamente convencido, que pudieran producirse circunstancias muy especiales en nuestra vida, las cuales nos muevan en espíritu y en verdad a la oración y ayuno.
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